ANTE TODO, AGRADECEMOS SU INTERÉS POR ESTE CASO.
DATOS CONTRASTADOS EN REFERENCIA A LA DESAPARICIÓN DE DOÑA NEMESIA MORATÓ
Sabemos que el lunes 14 de febrero de 2004 abandona el hogar del jubilado con la intención, según ella (como comunicó a sus compañeros del ala de juegos de mesa del citado asilo) de reincorporarse como trabajadora voluntaria en la Hemeroteca Nacional en su sede de Barcelona.
Paseo de la Zona Franca s/n. esquina C/ Hornos del Berguedà.
Así mismo, tenemos constancia de que se muda de domicilio y pasa de residir en la calle Brunete 25 (en una casa con patio del barrio del Carmelo), a hacerlo en Hospitalet, en un bloque de protección oficial de la calle Celestino Huertas 24. Al parecer, se hace traslado de un escueto ajuar (ropas y muebles, sobre todo) y el resto de sus pertenencias son donadas, según consta en un albarán de Corredurías Olmo, a los Hogares de la tercera edad de S'Agaró. Como hemos comprobado, la mayoría de los objetos llevan más de dos años embalados en cajas de cartón en el salón principal del pequeño apartamento, a excepción de un bañador C&K y un vestido azul de noche que comparten percha en el mismo ropero. No se registra actividad ni en la cocina ni en el cuarto de aseo, a excepción de dos botes vacíos de CUCAL, uno en cada espacio. Nadie de la escalera de vecinos ha reconocido la presencia de la sra Nemesia en el inmueble, aunque en el padrón municipal consta como inquilina desde febrero de 1998.
De sus cuentas corrientes y libretas de ahorro son retirados periódicamente los abonos que realiza la Seguridad social en concepto de Pensión de jubilación y Pensión de viudedad desde diferentes capitales españolas. También son puestas al día otras cuentas donde revierten los réditos de algunas acciones. En una de estas cuentas, perteneciente a la Caja de Pensiones de Trujillo, consta el cobro de dos alquileres en Plasencia (Cáceres) y una anotación, también periódica y mensual, de novecientos euros, que se realiza aleatoriamente desde diferentes oficinas de Correos en la provincia de Valladolid por ingresos en efectivo. De estas últimas cuentas no es retirada cantidad alguna, aunque se ha comprobado que se efectúa control del saldo a diario, en alguna ocasión varias veces al día y desde lugares tan dispares como El Cairo, Nuanchot, Tolousse o Reus. Se puede facilitar estadillo completo de esas comprobaciones, algunas con fecha, e incluso hora local, desde enero de 2007 a quien pudiera necesitar tales referencias. No disponemos de mayor información relacionada, aún cuando hemos volcado en estas páginas algunas reseñas sobre su persona que amablemente han ido facilitándonos amigos y conocidos de Nemesia. En estos momentos estamos a la espera de más informaciones al respecto. Aceptamos cualquier anotación sobre el particular de aquel o aquellos que tengan a bien ofrecernos de su paradero, tal vez alguna pista fiable u otras referencias acerca de su vida. Quizás estas puedan conducirnos de alguna manera hasta ella. Agradeceremos se pongan en contacto con el gabinete de consultoría Rideel&CO o con su director Atahualpa Figo Moreno a través de este medio.
12.30.2008
OPINIONES DE ALFONSO ANDUJAR SOUSA. Direcctor del Centro, al respecto de la escritura críptica de Nemesia María Morató. FRAGA (Huesca) Dic 2008
Surge, o por lo menos así se cree, como si de pronto algo imprevisto tumbara con desdén una pared fronteriza de ladrillos o alambradas, con una fuerza sutil aunque irreductible, capaz de inocularse de forma subtersticia y permanecer en cada gesto y en cada opinión sin intención alguna de abandono, o en todo caso, así debe ser manifestado, con la de pasar a otro u a otros en una decantación o infección infinitas.
Puede tratarse de un destilado ponzoñoso -hay quién lo asegura- un susbtrato límico para las opiniones y las historias de otros poetas, podría decirse, y habrá hasta quien intervenga, o que postule o que realice una impertinente tesis al respecto de que el plagio en esta dama nunca es recurrente, o afirmando con insistencia feroz que ello en sí mismo no existe, y tal vez manifieste con vehemencia que hay una corriente cámbrica incontrolable que invade a aquellas que con determinados códigos se acercan a determinadas causas, una imprimación invisible que subyace al lado del pensamiento y que circula paralelo a él, aunque un escalón por debajo, matizando y coloreando el gesto y la transmisión, dando brillo allá donde no hay más que fuego o explosión o cenizas, tendiendo a generar un magma de opinión y sentimiento perpetuo en ese sin vivir al lado de lo formal y de lo desgraciadamente exacto.
12.26.2008
COMUNICADO. 25 DE DICIEMBRE, NAVIDAD. TRANSMITIDO DESDE FRAGA HUESCA
12.07.2008
Novedades en referencia a Anciana retenida en Centro Neurológico de la Defensa. Guantánamo 21. Fraga. Interceptación atribuída a. A. Figo. (ZOR I)
11.24.2008
Melitón Güi. POEME. Aportación de Sor Nicanora. Clínica Hospitalaria de Beneficencia. Reus.
Apreciada Señora Zoroastra:
Este es el "poeme" que me traspasó Melitón Güi cuando yo misma le estuve cuidando de aquellas afecciones pasajeras que le comenté. Ahora que hace tanto tiempo aún le recuerdo, mucho más, si cabe, sabiendose lo que se sabe de él y de la manía que tenía el pobre de embetunarse el cuerpo sin saber por qué.
Yo creí que me lo dedicaba a mí misma, siendo como era yo entonces una monjita graciosa y divertida, aunque formal, y en realidad de quien hablaba era de su queridísima esposa Nemesia, como supe despues.
Ya me dirá. Un cordial saludo.
Sor Nicanora de todos los Santos
Te he escrito tanto la piel que duerme la memoria de tu nombre en mi cuaderno.
Fugaz sorbo que ahora quiebra mi lengua en las noches de ausencia y sombras.
(Precisa la sed. Exacta la voz. Sencilla la luz en tu silueta)
Bordado, tatuado, adherido, escrito queda.
Su verdad no es grito de hueso o carne y busca el silencio necesario.
Lejos de llamarte o presentirte, sueña la fe oírte siempre.
Sin pautas, con el tiempo que ya nada podrá arrebatarnos.
.
10.19.2008
OTRO INFORME INTERCEPTADO (y ya van dos) Este llegado ayer. Copiado en Fraga (Huesca) Zoroastra P.G. Zori.
Paisaje:
Dos columnas de humo crecen paralelas en el horizonte que se divisa desde su ventana.
No parece incomodarse. En este momento la vemos fija en esa imagen o quizás en alguna inconcreción en forma de gota o mota que haya en el cristal. Creemos lo contrario, o lo primero. Lo que atrae su mirada es, sin duda, ese espeso humo que surge de los melocotonales y que se eleva verticalmente en dos líneas perfectas al estar el viento en calma.
Esta quietud extemporánea (no se ha explicado) ha venido precedida por un basto temporal de frío y lluvia, y de viento a ráfagas, circunstancia que ha favorecido que relajásemos por unas horas nuestra intervención en el caso, no sin avanzar en la medida de lo posible con los datos aportados por la corporación.
La casa está ahora tranquila. No se oyen los animales. Nadie escucha la radio.
Noticia:
Durante la media hora que la señora duerme, dato fehaciente e imparcial del circuito cerrado, no sucede gran cosa, al margen de las humaredas, aunque a pesar de todo los agentes no quieren ausentarse, vigilando ahora a la señora, ahora la puerta, mientras juegan su eterna partida de ajedrez de cada tarde. Al despertar pide agua (sigue negándose a comer) y observa que aún entran mosquitos en su cuarto sin saber exactamente por dónde. Insiste en lo que ya se ha comentado de los acúfenos y de que se da cuenta de todo, acusándonos nuevamente de que esto es una tortura.
Lee algo. No quiere la sopa. No quiere ropa limpia.
Suceso:
Tras varios minutos de humareda más intensa, una de las columnas comienza a manifestar una extraña intermitencia hasta que parece ahogarse tornando su color de negro a gris y antes de desaparecer a blanco. La otra, la que hasta el momento es la más compacta y gruesa, empieza a flaquear hasta que de forma inesperada se convierte en un hilo sutil y titilante, como el de una vela frágil de cumpleaños infantil, poco antes de emitir dos pequeñas vaharadas y desaparecer. La anciana entonces emite también un profundo suspiro, seguido de una especie de gemido (que mi compañero cataloga de animal, en concreto "de rata histérica") para después volver a estirarse en la cama colocándose las manos en la nuca y los pies en el almohadón.
Es ahora cuando silba la melodía que a todos nos intranquiliza, esa hipnótica himnodia de la que ya se ha hablado y que es la que nos obliga a colocarnos los protectores y a cerrar las puertas, y a atar los perros que aúllan como cada tarde o como cada vez que la usuaria utiliza ese recurso.
Ahora ríe, con ese deje, cosa que también nos asusta.
10.17.2008
TELEGRAMA TELEFÓNICO INTERCEPTADO A FINALES DE SEPTIEMBRE. CORREOS Y TELÉGRAFOS. CEUTA. APORTACIÓN DE ZOROASTRA PERARNAU GIL. (ZORI) Ha llegado hoy.
Me miran. Algunos incluso se sientan a mirarme. Pasan mientras miran qué hago sentada, con sus ojos, aquí sentada, me miran. Me levanto con sus ojos que me miran y camino, y los que me miraban sentados se levantan también y con sus ojos vuelven a mirarme. Ojos de mirada inferior, o hundidos, ojos torrente u ojos esponja.
Familias enteras de madres y padres de ojos mórbidos, padres y madres con hijos de ojos tristes y aburridos, caminando sin girarse y mirándome.
Jóvenes bellos también me miran: adolescentes salvajes y bellos, hijos de mujeres y hombres de ojos bellos que caminan deprisa, y que apalean a ancianos y que besan a caballos para cabalgarlos después noches enteras, noches sin ojos, caballos negros.
Fieras de imagen exacta, hijos bellos del caleidoscopio estricto y bello de los cinco ojos y un solo espejo. Ojos no replicados, ojos de otro.
Ojos facetados de mosca impasible también en mi libro abierto, criatura insomne que me empuja manteniéndome en la vigilia de mis ojos para escribirte esto y para que creas en mí. En su abdomen palpitante de mosca crece la angustia y después lo harán sus hijos mosca, hijos sin ojos y padre muerte por la boca de de su propio padre mosca.
Murallas de ojos girando como ojos inalcanzables, desorbitados ojos ciclópeos creciendo en los rostros de los seres inocentes, ojos en manos y pies, ojos torácicos, visiones quiméricas de futuros inciertos, o no tanto, perspectiva vital condenada al fracaso, al fin de la partida de ojos ficha y de naipes ojos, jugadores ciegos de augurios circulares, vacilantes, jugadores de ojos de madres y de ojos de hijos, ojos brocal y ojos pozo, ojos espectadores desde dentro, hacia adentro, bucles infinitos sin retorno hacia los ojos que buscan y miran sin poder evitarlo.
10.10.2008
ÚLTIMO SITIO DONDE SE VIO A NEMESIA. 14 FEBRERO 2004 Lo digo ahora por aportar algo. Zori.
CIRCULO VITORIANO. Lugar de encuentro del gupo ufolófico "La cúpula Celeste". Año 1971. Aportación de Pacho Benavides.
Querida Zori:
Consternado me hallo al saber de ti y de Atahualpa.
¿Han sido tantas de veras vuestras penalidades?
No me extraña, es tan burro tu jefe, hija.
Me alegro que te encuentres bien de todos modos y que estés en la Argentina, bonito país, pero demasiado grande para mí.
Me gustaría visitar al Ata, pero le llamo y no constesta: con eso de que ahora tiene la incapacidad y sus asuntos los llevan el Lucio ese y el sobrino de Roser, pues no se me ocurre cómo, la verdad.
Pude verle en Vitoria la pasada primavera, pura casualidad, te lo juro, un viaje del inserso y tal y cual, y le comenté lo de La Montoya, una antigua amiga nuestra de la que no tenía ni idea, como te lo digo, supongo que tú tampoco.
Bueno. Te paso la foto que a él le prometí del local donde se reunían las tres gracias y dónde Nemesia dio tantas conferencias cartománticas.
Espero que todo se solucione lo mejor que se pueda, ya se ha complicado bastante la cosa desde que la Nemesia se fue aquel día sin decir ni pío.
Un beso, maja.
Pacho.
Centro de la tercera edad Montecarmelo.
Cuarta galería.
NEMESIA EN LARACHE Cementerio español . Abril 1986. Aportación de Mohamed Mohamed. Tienda de chilabas Mohamed. Larache.
El hombre reflejado no descansa: busca, inventa, juega. En el perfil de los acantilados intuye mataderos, barrios nuevos, cementerios. Cree ver calles que serpentean entre socavones y basura, pero también niños y ríos de polvo y verjas repintadas de azul cobalto.
A cada paso su silueta compacta oscila y se deforma, y esa difracción en la bruma salina no es más que otro guiño del sol y de las nubes, una irisación de sueño, un dicroísmo. En la mentira perfecta, cadenas de pasos y palabras le reclaman más propósitos (o augurios), largas paredes, autos, avenidas, que abatan el miedo y no se muestren vacilantes, y que aún así prosperen, y atraviesen con él la infección de esos barrancos de la manera inversa a cómo se dicta una carta en la última noche.
Entonces el hombre, impasible, graba algo en el mercurio del espejo sobre el vino agrio de los proscritos, el que se bebe a cielo abierto en panoramas circulares, cegadores y salvajes, puede que para dejar constancia de que la estética floreada de lo amoral no es otra cosa que la respuesta abrupta de la unicidad a una cornisa marina repleta de escombros. Meando contra el viento insiste en que de ese lugar surge una música impracticable después de todo, pausadamente (como unas gotas de orina podrían disolverse en ese mismo vino) y que no le importa, y que habrá que silbarla alguna vez aún sabiendo que no hay retorno posible desde el otro lado, ni otro sol que le alumbre que este, ni mayor mentira, ni bola extra.
Algo tarde descubre el trazo de un impostor en otra refracción que se crea en un agujero de cal inerte y densa. Puede soportar el engaño tras ver crecer algo de hierba entre las ruinas de fósforo de ese arenal estéril, o de admitir que ahí están los huesos calcinados que apuntalan las palabras plateadas y solemnes, y ostentosas, o tras despertar de una vez y aceptar la lógica de la deriva del tiempo.
Al final, la aureola de un perro rabioso parece gravitar entre los haces de luz de lupa y el aire que circula lento entre las piedras. Sin embargo es un crío el que aparece para abrir la verja, y lo hace como quien descorre una cortina de cristalitos y ofrece una oportunidad única o largamente esperada, o muestra lo excelente con la sencillez infantil o con la crueldedad del débil. En silencio le acompaña de la mano hasta una tumba blanca mientras el hombre sigue haciendo fotos y se sacude varias veces el polvo que le cubre las botas.
10.07.2008
NUEVO PARTE MÉDICO. (copia) Zoroastra Perarnau. Zori. (Desde un lugar de la Patagonia)
3.15.2008
CARTA DE NEMESIA MORATÓ A ROSER SOUSA. OCTUBRE DE 1977. APORTACIÓN DE María del Rosario Sousa.
Bueno, miraré de explicártelo de la manera que mejor sepa.
Ya te he hablado de lo mucho que me costó acostumbrarme a mi nueva condición de viuda, aunque fuera por tercera vez (esperé que fuera la última), y no por el hecho en sí, sino porque a este sí que le quería, aunque a mi manera, claro.
Pero en esos días hubo algo que descubrí que consiguió conmoverme de veras.
En las noches que siguieron a la muerte de Melitón no conseguí pegar ojo, de eso seguro que sí que te acuerdas porque pasé más de una contigo charlando hasta las tantas, pero no es de esto de lo que quería hablarte.
Mi salud se fue deteriorando quizás por ello, ya lo sabes también porque fuiste testigo principal de aquellos días míos.
La verdad es que la cosa se me fue complicando, lo reconozco, hasta que los del grupo me propusisteis, sobre todo Eudivigis, que ingresara en el sanatorio privado del que él mismo era socio, o fundador, o algo parecido.
Fue allí donde descubrí lo que te quería contar y sobre lo que indirectamente me has preguntado. No te he hablado nunca de ello y creo que ya va siendo hora.
Resulta que hasta entonces había sido una ignorante al respecto de lo fundamental de mí misma (cosa que valoro ahora), aun habiendo sido espectadora de esa doble contradicción noche tras noche y hasta llegar al momento impreciso en el que caí en la cuenta.
La realidad la descubrí en un sueño del que ahora mismo te voy a narrar algo. Como a mi padre y como al tuyo la revelación me sobrevino del mundo de los sueños. ¡Qué te parece!
(Qué no hubiera dado entonces por disponer de alguna de aquellas máquinas de los años treinta en las que experimentaron ellos.)
Lo primero que pude descubrir, y agárrate, después de una cena aburrida en la que las monjas no sabían qué responder a mis más que inquisitoriales preguntas (lo asumo también ahora, no me importa hacerlo), es que mis sueños eran mudos, o sordos, como lo oyes.
Podría decir que en mis sueños había un silencio gélido, pero no, no lo diré.
Si eran algo, mis sueños eran grises, pero no en lo pigmentario (qué palabra) lo eran puramente en lo ideogramático (vaya otra, que diría Julio), en lo subreal o surreal (que diría también él mismo).
La primera imagen que me impactó y de la que todavía me acuerdo, muy a menudo, todo hay que decirlo, fue la de un pequeño lagarto intentando devorar a un enorme insecto. Aquella visión fue como un relámpago en mitad de la noche, como un trueno vibrante surgiendo de la profundidad de un averno. Chica: qué quieres que diga, en otro momento me hubiese despertado sin remisión, y por el susto, más que nada, me hubiese levantado como un muelle de la cama.
Quizás fueran las pastillas, qué sé yo.
Lo cierto es que seguí soñando con aquellos dos pobres seres indefensos en la mitad de un túnel cerrándose a negro. El lagarto muriendo atragantado por su presa y el insecto retorciéndose moribundo en la boca de su depredador. ¿Qué fue aquello, un combate?
En ese sueño te veía a ti, Roser, con las mandíbulas también desencajadas, gritar sin proferir sonido alguno, viniendo hacia mí: suponiendo que yo fuese el espectador, claro, intentando explicarme con sonidos ciegos (la verdad es que no sé como conseguí adivinarlo), que en tu opinión aquello (lo de los bichos) era un acto de amor. Un acto de amor, me decías sin decir nada, un acto de amor, Nemesia, un acto de amor, y así durante un buen rato.
La segunda imagen que recuerdo de ese mismo sueño, quizás la más aterrante, es la de nuestra aparición vestidas con lazos y de domingo puntilloso y acharolado corriendo por un paisaje de edificios gigantescos de cristal y acero. Reconociendo calles vacías y avanzando. Calles absurdamente limpias, perfectas, inclementes.
Convinimos ambas, a pesar de ir a la deriva, como apuntaba yo, que allí había un runrún de muerte, un eco opaco o de implosión bárica, de cataclismo nuclear o de broma macabra. Pero seguimos hacia adelante. Yo asustada. Tú convencida de que al final del último cruce aparecerían todos nuestros muertos ( sin definir número) y haríamos una fiesta. Una gran fiesta, como las de antes, decías, o eso creía que decías.
Entonces grité yo, desencajada (también) con ese miedo atroz que me ha perseguido desde siempre, con el pálpito viscoso de aquellos que saben lo que les espera, sin solución ni desenlace argumental ni lógico, sin fin ni cuenta. Ya sabes lo que pasó entonces, otro grito mudo, claro, el mío, pero en esta ocasión fuiste tú quien no comprendió nada. Pobre Roser, no comprendiste nada.
Así y todo, pude oírme a mí misma (qué no hubiese dado por que tú me oyeras) pero seguiste corriendo pues te estaban llamando y al parecer tú les oías.
Eso fue todo. En ese sueño no hubo amaneceres, como los había habido antes o pudo haberlos después. Todo se desarrolló con la lógica propia del mundo de los sueños, no hace falta decir más. Qué te voy a contar a ti, que andas todo el día en el asunto.
Después dormí días enteros, me dijisteis. Luego soñé mucho, y al despertar incluso me hice psicoanalizar por una doctora de Badalona, pero eso es otra historia y no sé si te interesa.
Ya casi ni me acuerdo. Ha paso mucho tiempo. Pero ya que me has preguntado, he preferido que lo supieras en primera persona.
¿Te interesaría hablar cualquier tarde de estas de lo que te dije sobre que a Melitón le asesinaron?
Ya me dices...
3.10.2008
Correspondencia entre Nemesia Morató y Molly Malone. 1972.(1)
Ha llovido ya bastante desde aquel mes que pasamos juntas y no hay resignación posible que me obligue a someterlo al olvido.
Distante y pasajera, mi mente te imagina meciéndote de nuevo en la alcoba y en el sonido del balancín de mimbre que me llevaba al portal del sueño, sin quererlo apenas.
Mi caballo de enea, me decías, y con la dulzura de una matrona irlandesa acariciabas el embozo de las sábanas con tu mano blanca y con tus dedos lisos y con tu voz de ángel y con tu susurrar de ninfa. Tiritabas después aquí a mi lado y repetías: - Tú, Nemesia, sí eres el ángel, y yo tu aurora-. Como dos luciérnagas muriendo jugábamos después en un torbellino de abrazos -de confidencias y de llantos- yo sin esperar nada y sin desear nada.
Recuerdo tanto de esos días que parece que fue ayer y ya han pasado dos semanas.
Lamento no poder estar ahí a tu lado o no ser la amiga que hubieses querido o necesitado ahora. Molly, te debo mucho, pero no me pidas monedas que no puedo darte, pues también me debo a una misión que me supera y no consigo proyectarme más allá de mí misma.
Nosotras jamás veremos juntas el sol que tanto amas cogiendonos de la mano, y eso me duele, pero tienes ejércitos a tu lado que ni tú misma imaginas, eso ni lo dudes.
Sabes que las sillas no aman, Molly. Las sillas no se mueven solas, Molly. No puedo ser como tú quisieras, lo siento.
Tu carta es el Colgado, no lo olvides.
Amo a mi marido Melitón, aunque sea negro.
Nemesia.
3.09.2008
Extracto. ANDUJAR SOUSA SE SINCERA. 4ª carpeta Apartamento. Aportación Abrairamovich.
Durante los domingos de aquel año oscuro viajé en metro con mi hermano mayor hasta un hospital. Algunas veces alguien nos acompañaba. Un día, puede que a causa del aburrimiento que sienten los niños en estos casos, inventé un juego. A lo largo del trayecto observaba en silencio a la gente que iba en nuestro vagón. Ya de regreso a casa anotaba cosas en mi libreta: combinaciones de colores de ropa, dibujos de formas de botones, marcas de tabaco. Recuerdo que me interesaban mucho los abrigos.
Por ese tiempo comencé a faltar a la escuela. Caminaba casi una hora hasta la estación más cercana. Los vagones a esa hora estaban limpios y resultaban tranquilos.
Me atraía colocarme delante de algunos hombres y mirar.
Sus manos, sus relojes, sus zapatos. Pañuelos, uñas, bolígrafos. En ocasiones alguien se daba cuenta y me devolvía la mirada extrañado o sonriendo. Muchas otras, en cambio, ni lo percibían.
Reconocí obreros, sobones, lectores de periódico. Vi ancianos lentos. Puertas cerrándose. Prisas. Frenazos. Gente dispersa. Presencié disputas entre novios, besos eternos. Madres con sus hijos. Este era mi paisaje
Pero como cuando se intuye una tormenta, todo estaba por llegar.
Esta vez no lo escogí al azar. En el vagón, de espaldas, un tipo. Me acerqué. Estábamos solos.
Me coloqué delante de él y comencé por sus zapatos.
Me detuve en los detalles que más me interesaban: la bolsa negra, los botones dorados, la pequeña mancha de tinta en un bolsillo. Al llegar a su cara vi que me miraba sorprendido.
De pronto supe que había algo en mí que ya era suyo.
Dijo algo en voz muy baja, casi murmurando, pero lo oí con toda claridad. No lo he olvidado.
-Sabía que pasaría, igual que él lo supo- dijo.
Justo en ese momento, el tren se detuvo lentamente en la mitad del túnel y ambos apartamos la mirada en direcciones opuestas. Un parpadeo en las luces hizo que me corriera un aire frío por la espalda y me entraron ganas de mear, las ganas de mear de un niño metido en un gran lío, un niño inconsciente que acaba de cortarle la cabeza a un pájaro. El miedo calándose en los huesos, lento pero irremediable, en un instante compacto, único para dos personas frente a frente.
El metro se puso en movimiento, pero nosotros no volvimos a cruzar la mirada. El tipo bajó de inmediato en la siguiente estación y se sentó en el andén apoyando la cabeza entre las manos.
Nunca más volví a jugar a aquello.
En las siguientes noches, en sueños, personas sin cara perseguían al hombre de la bolsa. Murallas de gente le barraban el paso. Me llamaba y me pedía a gritos mudos algo relacionado con él y conmigo. El sudor acababa por despertarme y me encontraba sentado en la cama, desbocado, moviendo los brazos como si trabajara en la cadena de un taller de sombras. Algunas veces era sangre lo que el hombre llevaba en la bolsa y era incapaz de evitar que se le derramara. Otras, me pedía que le ayudara a contar flores de luz intensa y se extrañaba de que no lo hiciera. Caminaba en círculos diciéndose dónde, dónde, dónde…Yo le retiraba la mirada. A menudo, se aguantaba la cabeza con unos brazos largos y delgados que acababan por quebrarse. En sus manos, anillos como serpientes de oro giraban convirtiéndose en llaves de hierro y de plata que caían a sus pies.
Sencillamente, un día ese sueño se evaporó.
Alguna que otra vez soñaba con otros hombres solitarios, con abrigos de escamas y con mujeres muertas, con fríos besos. Todo sucedía invariablemente en el metro.
Crecí. Encontré un trabajo. Me casé.
Hace unos meses soñé conmigo mismo en un tren desierto parado en medio de un túnel. Ha sido la primera y la última vez.
Puedo decir que lo que buscaba lo he encontrado sin poder evitarlo. No hace falta que mire en el espejo para ver a ese hombre asustado. Lo llevo conmigo.
Voy en metro al trabajo cada mañana.
Suelo ver a un niño solo que va pasando de vagón en vagón y que se para delante de la gente sin ningún pudor. Va muy deprisa. Hemos cruzado la mirada en ocasiones y hay algo en él que es inequívoco, es más, creo reconocerlo. Esa es mi ínfima ventaja.
Lo he relacionado, cómo no, con mi antiguo juego.
Aún no se me ha colocado delante directamente, pero sé que lo acabará haciendo.
Sigo yendo en metro, cada mañana, y no sé si estoy preparado.
3.05.2008
Nemesia Morató "Cuadernos"
…Pero siéntese, mujer, siéntese.
Ya se lo he dicho: eso no es grato de ver y mucho menos cuando se trata de una persona tan cercana.
Siéntese aquí a la mesa y descanse un poco ¿Quiere usted comer algo? Coma, mujer, coma, que tiene usted muy mala cara. ...
…¿Qué hacía ahí hurgando en la corteza de un árbol? …
…Mire: aquí hay de todo, sólo hay que buscar donde hay que buscar, y tener contactos, claro, que eso también es importante. Yo conozco mucho a un intendente del cuartel de las Corts y eso me va muy bien, pero no se crea. Por lo de los camiones que le dicho, lo de los presos y eso, que al principio hicieron falta muchos camiones, y no es que yo tuviera ninguno, no, pero sabía manejarme bien con ellos. Ahora ya los llevan en los del ejército, pero entonces no. Los traen a la salida del sol, como a su marido, y se pasan la mañana allí despachándolos…
…Tome un poco más de sopa ¿Quiere albóndigas, o prefiere unos huevos duros?...
…Esta usted lívida, señora Hilda. Échese un ratito…
…Ya le he dicho que sólo voy de vez en cuando, cuando me llaman, que no son pocos días, según se mire. Hoy ha sido un día raro. Verla a usted allí y ver que iban a darle pasaporte al pobre doctor. Casualidades ¿No cree? Desde que dejamos la portería de la Ronda y mataron a mi padre que no había vuelto a saber nada de ustedes. ¿Y la Nemesia, qué ha sido de ella?...
...Y ahora, ¿Qué va usted a hacer?...
...La siete y media...
...Han vuelto a abrir los teatros...
...muelas de oro...
...Adios...
2.25.2008
REFLEXIONES. Zoroastra Perarnau Gil ( Zori) Secretaria de Riddel&Co.
2.24.2008
Consejo de Guerra Elliécer Morató (Extractos) Aportación de Julian Forlán Sousa.
“(…) individuo peligrosísimo. Gran propagandista de las ideas separatistas.Militante de grupos y facciones paranormales y constitutor de asociaciones de carácter público y social de afección desconocida, no católica y ajena al Glorioso Movimiento Nacional…”
”(…) en su casa, un infecto palomar de Ronda San Antonio, se celebraban reuniones de hombres y de mujeres. También poseía armas y uniformes. Personaje absurdo y nefasto para el G.M.N. [Glorioso Movimiento Nacional] A los malos informes de Falange, Guardia Civil y alcaldía, se suma la delación suplementaria del honrado vecino Sr. Don Julio Cascante, circunstancia de apremio que constata lo expuesto por el fiscal asignado a este expediente…”
“(…) contra los legítimos poderes del Estado asumidos por el ejército a partir del diecisietede julio de 1936, en cumplimiento de su función constitutiva, desarrolló una tenaz resistencia, cometiéndo a su amparo toda suerte de violencias, hurtos, falsedades y suplantaciones…”
“(…) no contento con ello, quiso faltar al reconocimiento que nuestras honrosas fuerzas armadas le deben al glorioso imperio alemán, socavando la buena disposición que ofrece nuestro G.M.N. y pretendiendo dejar en ridículo nuestra ingeniería patria…”
CUADERNOS "EL VIAJE DE LA HEROÍNA" Artículo de Nemesia Morató. 1987. Hildegarda Xirgu, desesperada, sube a buscar a Elliécer al castillo de Montjuïch.
Teodora se quedó en la puerta de funicular hablando en catalán con descaro.
Se encontraba mucho mejor desde que había logrado desatascarse el gañote a fuerza de no dar respiro a un pellejo de morapio fino que le sirvió de jarabe. Sus contertulios en aquel improvisado discurso no eran otros que dos emboinados caballeros con aspecto de pastores que recién llegados a Barcelona, como nosotras, buscaban un lugar donde asearse o pasar la noche.
Yo, en cambio, no quise saber nada de ella, ni de sus absurdas intenciones. Nunca se me dio muy bien el tocomocho, ni me interesó, qué caramba, y me sorprendió la soltura que tenía la tímida Teodora en asuntos relacionados con el dinero y con los palurdos. Sorpresas se lleva una.
Subida a aquella especie de oruga trepadora con aspecto de tren, ascendí montaña arriba hasta llegar a la media altura del ajardinado Monte.
Poco después de poner pie a tierra, ya pude atisbar el tremendo castillote que corona este distrito de mi querida Rosa de Fuego. Qué triste panorama. Qué suciedad de mundo y qué calor de mayo.
Mi misión era otra.
¿Cómo iba a saber que mi Butterberry había sido condenado a muerte?
Lo supuse, muchas veces; incluso lo soñé en un par de ocasiones. Lo había oído en un colmado y hasta lo cantaban los niños por las callejuelas.
No vienen los marcianos
Ni los americanos.
No tiene el submarino
Ni el aceite de ricino
Van a pelar a un listo
y a ti que ya te han visto.
Ya viene el pelotón
de culo al paredón.
Pero qué iba yo a sospechar ese desenlace si nunca había creído posible tal cosa.
Desmadejada dentro de un cuerpo que me pesaba como mil demonios, llena de dudas y reconcomios, remonté a pie hasta llegar casi a la puerta del castillo. Soldadesca y guardias parecían turnarse por aquellos equívocos caminos, dando adjetivos y sinsentidos a mi propia existencia en una nueva muestra de cómo una servidora no debería haber dejado el pueblo nunca.
De pronto, una voz se manifestó desde dentro de mí a la vez que lo hacía por entre los árboles, en concreto desde la parte más ambivalente de cualquier miembro del reino vegetal: las raíces. Pareció que esa voz surgiera directamente del suelo, del pie de un hermoso pino piñonero que desde el monte miraba al puerto como vigilándolo.
La voz me dijo esto:
- No subas Hildegarda, que ya se lo han llevado.
(continuará)
2.08.2008
"El viaje de la Heroína" Cuadernos. Nemesia Morató interpreta en primera persona las supuestas peripecias de Hilda en 1942,
Se había hecho tarde. No habíamos comido nada desde las sardinas aquellas en la lonja de Montsolís, y las fuerzas ya comenzaban a fallarnos.
No por ello, mi voluntad se hallaba resquebrajada, o hundida ¡Qué palabra!, ni pensarlo: hacía días que me había tirado al monte, en el buen sentido de la palabra monte, y ya casi llegaba a mi destino.
-Cualquiera diría -comentó mi Teodora del alma- cualquiera diría.
Barcelona se abría tristemente ante mis ojos, con mucho humo sobre todo, y me costaba pensar que era cierto aquello que me habían dicho.
He de reconocer que después de cinco años las cosas habían cambiado bastante en la ciudad de mis principios, en el buen sentido de la palabra principios, cosa que me hacía dudar de los caminos que había tomado ella (la ciudad de mis principios) y los que debía tomar una servidora para llegar al lado de su marido.
Recuerdo ahora, no sé por qué, que me abrasaban las alpargatas , sí sé por qué, o los pies por las alpargatas, o ambas cosas, y me senté al lado de un charco con la intención de descansar un rato y refrescarme. Me quedé descalza, solté el atado y me quité las medias medias (lo que quedaba de ellas) acción que sin querer dejó al aire parte de mis aún hermosas piernas y permitió que la brisa fresca de la mañana ventilara aquello que debía ser ventilado sin más tardanza. El camino, la higiene, ya se sabe.
Desde ese rincón del Pueblo Nuevo, casi en la playa, entre tinglados y vías, se veía recortada en el horizonte la silueta de la montaña de Montjuïch de mis adolescentes paseos.
Sabía por ellos, y explicado por los que nunca nombro, que mi Butterberry estaba preso allí, en el castillo militar, purgando alguna de sus ideas, no creo que actos, por lo que la prisa se me imponía no fuera a ser que la cuestión pasara a mayores, a juicios o quién sabe a qué otra cosa.
De pronto, entre pilas de escombros, bidones oxidados y una mula muerta, salieron dos tíos repeinados con cara de pocos amigos y con cara de mala leche (respectivamente), camisa azul (ambos), botas de cuero (ambos), verga de toro (uno) gorra y pito (el otro) etcétera.
Viendo como se acercaban, a la vez que observando que lo hacían directamente hacia nosotras, pensamos (por lo menos yo) que el momento empezaba a mostrarse como uno de aquellos tan delicados que habíamos tenido la suerte de vivir (sin mencionar baremos) desde que atravesamos ilegalmente la frontera escapando de la guerra.
-A ver, putas, qué lleváis ahí.- fue la tarjeta de visita del primero.
-Mierda llevarán- la del segundo.
Teodora, más hermosa que yo, por aquello de los años (aun vestida de negro y calva rapada), quiso sonreír como respuesta, haciéndose la mansa, en el buen sentido de la palabra mansa, siendo tanta la amargura de mi pobre amiga que consiguió que le surgiera del rostro una mirada equívoca que a aquellos dos les pareció un desaire.
No comentaré ahora lo que sucedió después de las bofetadas, los agarrones, el desparrame de nuestros cuatro bártulos o la cuchufleta al ver lo desarrapadas que estábamos.
De nada sirvió el salvoconducto que con tanto dolor de mi alma y de otras partes de mi misma conseguimos en La Junquera. Se lo tomaron a guasa, en el buen sentido de la palabra guasa, sin querer comprender que éramos mujeres decentes de verdad, como ponía en el papel.
Fue debido, quizá, a lo apartado de aquel arrabal y sus aledaños, que la intimidad, la ignorancia y el hecho fugaz de estar sin estar a la vista de nadie, lo que favoreció el acto de darle un tochazo al primero (el de la verga de toro) dejándolo medio lelo con los pantalones por los tobillos, en el buen sentido de la palabra tobillos, y salir zumbando después de pegarle otro (en concreto a este fueron tres) al que estaba intentando mancillar la honra de mi querida amiga Teodora.
De perdidas al río, me dije, y sin recoger nada de lo que por allí quedaba, salimos en desbandada hacia un lugar más apropiado para pasar desapercibidas del común del populacho, aunque con aquellas pintas…
No habríamos llegado aún a la rambla que les vimos salir por una esquina. A correr, nos dijimos, y así lo hicimos, qué remedio.
(Continuará)
2.07.2008
Elliécer Butterberry Morató en compañía de generalato alemán. Barcelona año 1941. Fotografía aportada por María del Roser Sousa.
Hola Amigo Atahualpa:
Esta es una de las fotos que creo que le prometí. Puede que usted la esté esperando, siempre que siga en el caso de la pobre Nemesia ¿No?
Espero que le sirva de algo. En ella se ve a nuestro añorado Elliécer de medio cuerpo vertical y no se le aprecia lo guapo que era. Todas las crías estábamos enamoriscadas de él, sobre todo cuando le veíamos de uniforme, aunque fuera con esa boina. Esto debió ser poco antes de que le detubieran con los planos del minisubmarino en el que quería ir a buscar a Hilda. Decía que no se había ahogado, que estaba tan pancha en el continente sumergido de la Atlantida dándose la gran vida con 39 marineros. Cosas de entonces, claro.
No le diga a mi sobrino que le he escrito, es muy celoso el pobre.
Nada más por ahora. Por el dinero ese no se preocupe, que tengo mucho.
Adeu.
Roser.
Mensaje de agente Piolín. Febrero de 2008.
"La Carta Blanca" Palabras halladas la pasada mañana .
-Nosotros, los pobres, los excluidos, los que conseguimos siempre lo mismo, el cero despótico de nuestro estéril esfuerzo, después de todo lo yermo e inútil obtuvimos el fruto imprevisto sin conocer de qué modo.
Se dio de pronto.
Eludimos, como todos, los compromisos que en el devenir de los meses forjó su efervescente estilo de ver los negocios. Trucos, sobre todo. No pudimos o no quisimos. Quién puede mentir sobre esto.
Si bien lo fortuito le condujo desde dentro de un género incongruente, evidentemente ilógico, ninguno de nosotros tiene en este momento interés en reconocer que se equivocó en el juicio. No fuimos buenos socios, lo podemos reconocer sin sonrojo-
Elliécer poseyó desde siempre un buen y completo repertorio de libros de estudio, un fichero imprescindible, lleno de los contenidos que todo buen experto quiere descubrir en sus tesis, o, si se quiere, en textos enemigos, o fieles.
Del mismo modo siempre tuvo el reconocimiento de su extenso grupo de consejeros, los mejores de su tiempo, elementos ineludibles de lo que posteriormente fue su grupo ufológico, Prospecciones Celestes.
Puede que por todo eso se instituyó como presidente, como el jefe que todos quisieron.
- Siempre le tuvimos como referente y como núcleo de nuestro club de persistentes estudiosos, como líder y dirigente del grupo. Descubridor de leyes concluyentes, queriendo en su intención ser del mismo modo profesor y discípulo, pudo ir creciendo sobre el lecho que nosotros, sus propios seguidores, le permitimos.-
El misterioso Elliécer “Butterberry” progresó e hizo de ese progreso un triunfo que colmó, evidentemente, los objetivos del grupo, los proyectos que en interés de sus miembros él mismo, junto con otros, fue construyendo.
Ese éxito llegó pronto, con libros, con estudios, con títulos en folletines exóticos; frutos perfectos del esfuerzo de todos, de lo dificultoso en un medio infrecuente, en un terreno no conocido, exclusivo.
Infelizmente fueron él y su mujer quienes obtuvieron el reconocimiento, y esto produjo el retroceso y el rebote de todos.
No les importó, o eso se puede creer después de leído el informe completo; puede que por eso prosiguieron entonces en el empeño imperecedero, según el propio Elliécer, de descubrir otros mundos y sus respectivos inquilinos.
Nuevos estudios, tesis que no pueden entenderse ni en el principio de este moderno siglo veintiuno, surgieron de nuevo del cerebro del vehemente científico.
Contenidos turbios dentro de lo ufológico, en el preciso centro del juego con los números y con los nombres. Trucos dijeron muchos.
Éxitos que le dieron renombre y dinero. Premios que les fueron proveyendo de nuevos estímulos y de otros retos.
Uno de ellos fue el que le quemó el proyecto.
En su fuero interno, Elliécer supo que llegó el fin el dieciocho de julio, justo en el mismo momento en que el ejército se sublevó.
Su proposición se centró en extender el grupo y difundir sus deducciones por el espeso mundo del ocultismo, y, de modo funesto, ese interés no fue recíproco entre él y el resto de los constituyentes de Prospecciones. Los primeros socios no lo consintieron.
Entonces experimentó en sí mismo el perjurio de sus seguidores. Le depusieron por ello sin él mínimo decoro, sin reconocer su esfuerzo ni el extremo riesgo que le hizo vivir siempre entre los límites del bien y de lo oscuro.
Son pocos los que lo tiene presente, pero fue él quien se pronunció sin confusión posible.
-Se terminó-dijo- Me voy. No quiero seguir con esto. Desde este momento, sólo os pido que me dejéis que use de nuevo mi sobrenombre y mi propio signo. Lo que no tengo no lo podré tener –insistió- Sólo existe un ser en el que yo confíe:
NemesiA
2.05.2008
Primera página del primer libro de la primera colección de libros esotéricos. Nemesia Morató. Apartamento.
Mouchos, curuxas, sapos e bruxas.
Demos, trasnos e dianhos, espritos das nevoadas veigas.
Corvos, pintigas e meigas: feitizos das mencinheiras.
Podres canhotas furadas, fogar dos vermes e alimanhas.
Lume das Santas Companhas, mal de ollo, negros meigallos, cheiro dos mortos, tronos e raios.
Oubeo do can, pregón da morte; fucinho do sátiro e pé do coello.
Pecadora lingua da mala muller casada cun home vello.
Averno de Satán e Belcebú, lume dos cadvres ardentes, corpos mutilados dos indecentes, peidos dos infernales cus, muxido da mar embravescida.
Barriga inútil da muller solteira, falar dos gatos que andan á xaneira, guedella porra da cabra mal parida.
Con este fol levantarei as chamas deste lume que asemella ao do Inferno, e fuxirán as bruxas a cabalo das sas escobas, indose bañar na praia das areas gordas.
¡Oíde, oíde! os ruxidos que dan as que non poden deixar de queimarse no agoardente quedando así purificadas.
E cando este breraxe baixe polas nosas gorxas, quedaremos libres dos males da nosa alma e de todo embruxamento.
Forzas do ar, terra, mar e lume, a vós fago esta chamada:
si e verdade que tendes mais poder que a humana xente, eiquí e agora, facede que os espritos dos amigos que están fóra,
participen con nos desta Queimada.
.
Francisco Forlán Sousa. Carta profesional. Febrero 2008.
Barcelona a 2 de Febrero de 2008
Estimado Sr. Atahualpa Figo:
Me veo en la obligación de manifestarle mi más sonora queja ante la insistencia que usted muestra delante de mi anciana y querida tía María del Rosario.
Hace días, y no lo digo por nada, que veo que mi quería tía María del Rosario se muestra muy alterada, por no decir cachonda, sobre todo cuando se le menciona cualquier cosa relacionado con su primera juventud, con sus amistades, con nuestra también senil amiga Nemesia Morató o con el guiso de tripa de bacalao con guisantes. Esto último resulta extemporáneo cuando no menos ilógico.
Observo con atención que en el libro de visitas de mi querida tía María del Rosario (es muy meticulosa la pobre), donde anota también las llamadas telefónicas y el minuteo de las mismas, consta su manía de usted en recabarle la atención al respecto de la desaparición de nuestra querida y también senil amiga Nemesia Morató.
Ni que decir tiene que la edad avanzada mi querida tía María del Rosario la obliga a sustraerse de sí misma en un compendio de excentricidades que usted mismo habrá podido ver , comprobar, constatar y dar fe, y a la vez (y lo digo sin rencores ni interés alguno, lo juro), estos años que tiene la inclinan, vuelcan y decantan a desviarse de la actitud positiva que todo sobrino aventajado espera de una persona de una edad como la suya.
Yo, como sobrino de mi querida tía María del Rosario, me siento en la responsabilidad de controlar sus actos y todo lo que tenga que ver con sus relaciones sociales, no vaya a ser que después de tantos años de patrocinio y ejemplar representación me vea de nuevo pasando el mocho como lo hice desde que dejé el ejército (allí también lo hacía) hasta el momento en que mi querida tía María del Rosario se dedicó casi en exclusiva a hacer de pitonisa en la Televisión de Cornellá y necesitó de un secretario.
No quisiera, y no quiero que en estas palabras vea usted una amenaza (por el momento), que usted alterara en nada la vida plácida que mi querida tía María del Rosario viene disfrutando desde la salita a la cama y de la cama a la salita y viceversa y viceversa, no queriendo tampoco que usted ponga de nuevo los pies en nuestra casa, al margen, claro está, que lo haga para traer dinero contante y sonante y como pago por todas y cada una de las informaciones que mi querida tía María del Rosario le ha proporcionado a usted hasta ahora.
En todo caso, me ha comentado mi querida tía María de Rosario mientras desayunábamos la papilla en el patio, cualquier nueva información que pudriéramos aportar al asunto de nuestra también senil amiga Nemesia Morató podría verse, en efecto, favorecida por el pago que a través de usted realizaría la familia de empresarios de la construcción costera de S'Agaró Van-Gaal Morató ¿No le parece?
Si esto fuera así, y manteniendo la intención de que usted nunca más vuelva a relacionarse sin permiso con mi querida tía María del Rosario, le propongo acercarle yo mismo a su despacho, o enviarle por e-mail, las galeradas y las correcciones de un libro que nuestra también senil amiga Nemesia Morató me ayudo a escribir, editar y publicar. En los márgenes de las páginas hay docenas de palíndromos a los que ella atribuía poderes ocultos, magia y muchísima trascendencia. Ya ve usted qué cosas, como si le hubieran servido de algo. Aunque quién sabe.
Quedo a la espera de su amable respuesta, de su respuesta o de lo que guste usted mandar.
No venga por aquí, se lo prohíbo.
Adiós, machote.
Atentamente
Francisco (Patxi) Forlán Sousa
(Representante)
2.02.2008
"EL VIAJE DE LA HEROÍNA" Hildegarda Xirgu llega a Barcelona. Segundo apunte al caso "CUADERNOS" según Nemesia Morató.
Lamentaría objetivamente, una vez concluida la carrera de obstáculos y perdidas con fortuna las referencias de nuestros perseguidores falangistas, dejar de manifestarles los anhelos y las otras indisposiciones que comenzaron a acuciarme nada más dejar de darle al cross.
Verán:
No por dejar mi principal músculo (el corazón) de batirse en duelo con mis pulmones, mi páncreas, mi diafragma y, sin saber por qué, mis ingles, pude ver como mi compañera no alcanzaba a dominar su propio resuello. Respiraba con dificultad y parecía que aquel músculo del que les he hablado antes (pero el suyo) no podida retomar el sosiego que todo órgano merece disfrutar.
Unas toses y unas bocanadas, más el albino rubor que le provocaron aquellos pedos, hicieron que la pobre se sentara en el suelo a la vez que apoyaba la espalda y la cabeza rapada en la pared. Las orejas, pabellones de esta mujer de los que habré hecho amplia y sustanciosa definición en anteriores escritos, comenzaron a mostrarse pálidos, flácidos y escuálidos con esdrújulo dramatismo.
-Jolines Hilda, no sé qué me pasa-
Dijo mi compaña.
-No pasa nada alma de Dios- repuse- es que llevamos media hora corriendo-
-Ya (tos) pero siempre he sido buena corredora (más tos). Observa me escapé del campo de Argeles Sur Mer (toses, flemas).
Yo, que en mi impertérrito obrar en poco o en nada altero mis constantes, mis variables y/o las costumbres que atesoro y administro, ciertamente me sentí algo trastornada por la indisposición que con tan fragorosas expresiones mi socia manifestaba.
Aquella incipiente bronquitis asmática, aquella tuberculosis quística, o aquel catarro, que también podía ser el caso, consiguieron alarmarme a la vez que convencerme de que algo se debería hacer al respecto.
Una botica nos salió al paso. Mi querida Teodora, sin dejar de toser y esputar, me hizo alguna observación referente a que no se me ocurriera darle pastilla alguna, jarabe, ungüento, emplasto, apósito, parche y mucho menos supositorio.
-Llévame a una taberna, por tu padre, llévame a una taberna.
¡Que toses más espeluznantes! ¡Qué pitos, qué gongorismos!
-Un vermouth, un vermouth, de verdad, y se me pasa todo.
Clamaba mi socia.
-Sosiego, caramba, sosiego. Está bien, buscaremos algo parecido.
Buscamos durante bastante rato.
Inesperadamente y en un chaflán, precedente anticipado de aquello que en su interior contenía, se nos mostró un cartel luminoso y apagado con las letras BAR, a la vez que invitaba a acceder a su interior mediante publicitarias pizarritas donde se anunciaban algunos de los divertidos experimentos gastronómicos de aquel incalificable año 42. Gurullos con caracoles destacaba entre todos ellos.
(Continuará)
1.31.2008
Artículo 1 de los estatutos "Constitutio Princeps" del club Palindrómico-quántico EL BIRRETE TERRIBLE. Aportación Eudivigis Deulofeu.
Afecttio societatis.
ARTÍCULO 1.- La sociedad que se regula por los presentes Estatutos es una organización creada al amparo de lo dispuesto en la Ley pindórica 14 de Abril del 1931 reguladora del derecho de asociación, ayuntamiento, concejo y cuerpo, si hubiera lugar, así como todo aquello que el devenir del futuro vaya proveyendo.
La Sociedad tendrá personalidad jurídica propia y plana capacidad de obrar para el cumplimiento de sus fines a través de sus órganos respectivos, de acuerdo con las normas legales aplicables y con los presentes Estatutos. No obstante, y viendo lo concurrente de esta asociación, se verá de dar mayor enjundia a los albedríos propios de sus constituyentes, así como utilizar cualquier otro nombre, apelativo o remoquete que a dicha asociación promueva estilo.
Quedan establecidos a modo de encomienda diversos nombres sustitutorios del principal, que siendo éste EL BIRRETE TERRIBLE, puede pasar a convertirse en PROSPECCIONES CELESTES, HORIZONTES PROTUBERANTES o LA CÚPULA CELESTE, si fuera menester.
Para mayor claridad de lo que en posteriores artículos se detallará, se elabora un munera census, pues accedite candidatos, siendo esto imprescindible, cosa que sin venir a cuento se enumera de forma que para todos quede clara.
Los constituyentes de la enunciada sociedad son:
Hildegarda Xirgu Magrià
Elliécer Morató Colominas
Melquiades Sousa Martínez
Susana Ruscalleda Gripaubullit
Agustín Forlán Sanedrín
Ernesta Torres Ortiz de Urbina
Petronia Pérez Pérez.
1.30.2008
TEXTO ATRIBUÍDO A HILDEGARDA XIRGU. (Aun cuando se la consideraba desaparecida desde 1937) aportación de María del Roser Sousa.
¡Témpanos, pámpanos y carámbanos!
Tengo los pies helados.
Este cuarto de costura parece una nevera. Malditas ventanas.
Maldito corolario de trapos y de medias.
Siento un frío que me cala el alma mientras que me la glasea a ritmo de polka.
Sabañones, reuma, mocos.
Mientras escucho la radio, en concreto un programa musical que te gustaría (cuando lo hago te recuerdo, a la vez que te evoco y me salen dos lagrimones que se hielan irremisibles) valoro cómo este alma mía me soporta aun el cuerpo, cómo lo trabaja, lo macera, lo deslía y lo da a eternizarse. Coso mientras pienso y veo que mis pies, si pudieran, harían lo mismo. Me sostienen también el cuerpo, cuando pueden los pobres, lo mueven y lo bailan (sobre todo los jueves) lo retienen y lo recorren, como el alma esta que tanto te demanda, y que te añora. Pie y alma me son ahora iguales, y sin ser parejos, convergen como empresa y como finos chorros de aceite verde cayendo en un embudo; como canillas de hilo en la máquina esta, igual que dos solteras con bigote en un palco, como los novios de antes en un baile pisándose las almas.
El zapato entonces digo que es el cuerpo, el abrazo de cuero negro que la verdad da al pie y al alma. El cuerpo hilvana el pie (ya me he perdido) y a la vez es él mismo, viste a los dos y los contiene (al pie y al alma, claro) los protege y los marea.
El zapato olvidado en la pared del espanto y el cuerpo perdido.
El zapato debajo de una cama y el cuerpo dormido, o entre sábanas o encima de la colcha.
¿Recuerdas amor mío?
Atascado ahora mi pie en el pedal de la Refrey o en el brasero apagado de mi pasión por ti.
Me vuelven los disparos.
Jolín, qué mal me sienta. Me haces recordar a cada instante todo aquello, minuto por minuto. Te renazco y no eres tú, es mi memoria, y estás tan vivo que me duele verte sin que estés aquí.
Zurzo calcetines. Cojo puntos de media (carreras, a veces) Huevos de madera, canutillos de hilo de colores, tu cara en la ventana, ideas.
Cuelgo calcetines negros de nuevo en los alambres, en mi oscuro patio de luces, desparejados. Miro al cielo. El mirlo vuela bajo. Está nevando.
.
1.28.2008
Sentencia de muerte. Eliécer "Butterberry" Morató condenado.
Sentencia dictada en la causa nº
345-V-42, por haberse recibido
el ENTERADO del Gobierno de la
pena de muerte a que ha sido con
denado ELIÉCER MORATÓ
COLOMINAS y habiendo así
dispuesto la Autoridad Judicial
que se ejecute dicha sentencia
en las primeras horas de la maña
na del viernes día 24 del actual,
tengo el honor de ponerlo en cono
cimiento de V.S. a fin de que dis
ponga lo necesario para que el día
veintitrés a las veinticuatro ho-
ras pueda este juzgado practicar
las diligencias oportunas y pos-
terior entrega del reo de referen
cia a la fuerza que deberá condu
cirlo al lugar de la ejecución.
Dios guarde a V.D.muchos años
Barcelona a 12 de mayo de 1942.
El Col. Juez instructor
1.15.2008
PAPEL ARRUGADO. Mostrador nº 4 Oficina de Correos y telégrafos. Hospitalet. 14 de Enero de 2008. Aportación: "Antoñito" Oficial postal.
Como no coges el teléfono te mando estas cuatro letras.
Me preguntabas el otro día sobre lo que había en ese despacho. No he entrado. No me dejan entrar. Ya sé que eso no es nada para mí, pero han echado tres llaves y luego está lo del perro. Puede que se hayan dado cuenta de que ando registrándolo todo.
Me ha entrado el canguelo, colega. Si se diquelan me cago. El Ata ese tiene muy mala leche. Se pasa el día escribiendo en el cacharro con la pipa encima de la mesa.
Oye. Quedamos el jueves y me pasas la pasta ¿No? La necesito ya, que debo mucho.
Sobre el menda con cara de plátano que te comenté, creo que se me ha pegado a las clacas y quiero poner tierra de por medio un tiempo. Lo veo por todas partes, nen. Me dijo el hermano del Molas que es de los del Prat. ¿Sabes qué te digo? Que voy a pillar el tequi del Mauri y me najo a Almería hasta más ver. ¿Tú crees que tendré que pedirle permiso al Médico?
Otra cosa. Antes de darme el piro te haré la faenilla esa de las naves de la carretera, pero pásame la puta pasta. ¿Sabes la dirección de Corredurías Olmo? Me dijiste que pasara por allí, pero si no me dices por dónde.
Te paso la llave del apartado de correos para que se las des al Doctor, los recortes de los periódicos los he dejado allí. El nº1 de Hospitalet, como me dijo. Lo de la Nemesia está cada día más claro.
Rompes el papel cuando lo hayas leído.
Conecta el móvil algún día, joder, que no se me da bien esto de escribir. Suerte del corrector.
1.13.2008
CARTAPACIO "LA VOIX DE SIFFLET" 3er Documento (Recorte de periódico) Aportación. P. Abrariamovich
SUSPENDIDA EN EL ÚLTIMO MOMENTO
LA ACTUACIÓN DE LA PULGA MORENA.
Seproncio José Bataller
Barcelona
Después de la expectación despertada en el mundo del flamenco ibérico,
La reservada y enigmática artista La Pulga Morena, mujer menuda y de rasgos
La “espantá” de la Pulga, conocida también como La Voz de Pito o la Sola,
Preguntado por este periódico al respecto, el empresario catalán ha manifestado con todo el dolor de su alma, que se desconoce el paradero exacto de la gitanilla y que se devuelve el dinero de las entradas.
Restamos a la espera de mayores noticias .
CARTAPACIO "LA VOIX DE SIFFLET" 2do. Documento. Cartel Sala de fiesta LOS TARANTOS 1958
NUEVAS PISTAS. Nemesia María Morató- Esa gran desconocida. Aportación de Agente Cóndor.
En el centro como siempre, la nunca hallada. La retenida. La recordada.
Sus captores pululan girando a su alrededor, mirándola a la lo ojos.
Los jirones de sus historias abarcan grandes espacios, el Gironés, las vascongadas, el parking del Pryca....
Más lento que rápido el cuadro se está pintando. La pintura tarda en secar, pero cuando lo hace, rezuma un líquido verde y viscoso que lo empapa todo. Lo contamina. Lo engomina y lo maravillaríayo.
En la oscuridad de las habitaciones. En los mas oscuros rincones del techo, volcado.
Volcando, la mente avanza.No se detendrá. Mirará al pasado y vomitará para poder avanzar hacia el futuro que anhela.
Confesará por fin los crímenes que le han acompañado en silencio durante toda su vida, volviéndole loco de no gritar. De no llorar. En compañía de desconocidos, en sus casas...es mejor.
No temas amigo, la desesperanza tiene cura.
…
1.12.2008
1.11.2008
TEXTO HALLADO EN UNA CELDA UNISEX EN VITORIA. Aportación de Telémaco Bufanda y Herminio Barandilla. Alguaciles.
ASI LA LETRA CALA LA CARTELA LISA
.NM.1971
1.10.2008
CUADERNOS "EL VIAJE DE LA HEROÍNA" Artículo de Nemesia Morató. 1987. Hildegarda Xirgu reaparece (supuestamente) en la Junquera camino de Gerona 1942
1.08.2008
"JOTILLAS" Cánticos escuchados a Elíecer en el terrado del barrio chino. Guerra civil 1936-39 España. Transcritos por Bernabé Tortajada. Musicólogo
No sé si le van a servir, son solo unos trocicos.
Según mi suegra, era esto lo que cantaba el pobre señor, debido quizá al hambre que pasaba.
También según mi suegra, se pasaba el día en calzoncillos danzando por el terrado, hiciera frío o calor, a la sombra y al solano, a sol y a sereno, y a bodas me convidas.
No sé que sera eso.
Aquí van las estrofas.
Vamos a ver la encomienda
Inopinado en la ostra
Vale el horror la merienda
Antipasto ¿Arroz con costra?
En formando la opinión
Lujo merece la apuesta
Huelga decir cosa esta
Únicamente mención.
En cosas veredes callo
Viento doy a la expresión
Ovario de mi pasión
Fe de mi Dios gallináceo.
Rito de mi huevo frito.
Irredento pan, pimiento
Tocino fino memento
Óleo de tu figón mi mito.
.
Saludos cordiales.
Bernabé T.
EL EQUIPO DE RIDEEL &CO. PRECISA DE SU COLABORACIÓN
Sus posibles herederos sabrán agradecérselo.
Se ha establecido una recompensa de la que se dará mayor información en su momento.
A todo aquel que sepa dar algún dato sobre Nemesia o esclarecer las relaciones que gota a gota van desgranándose a través de este medio, la familia Van-Gaal Morató ofrecerá su merecida compensación.
(Muy importante: Necesitamos fotografías de la señora Morató de la que se pudiera disponer, ya que, incomprensiblemente, a día de hoy no contamos con ninguna. De manera un tanto ilógica, han desaparecido inclusive del registro del Documento nacional de identidad.)
Escrito atribuido a la señora N.Morató. Cajón de una mesilla, Chamarilero, Ponferrada, 19/08/04.
Me siento abotargada, y creo que no es por otra causa que por la costumbre que estoy adquiriendo de hacer balance de todos y cada uno de mis actos. A pesar de ello, valoro como positivo este antojo mío de juzgar cualquier cosa, aunque tenga que verme como me veo y sentirme de esta manera. Podrá parecer que todo viene derivado desde el cono de deyección de mi cascada natural de persona uniforme y objetiva, no carente de pesimismos profundos ni ausente de las más elementales virtudes teologales, cardinales, dones y frutos del espíritu.Disiento, no obstante, mientras que me reafirmo en lo mío, sin dejar de calificar esta manía persecutoria como fruto escuálido de una moralidad impuesta, a la vez que la veo desde lejos con la rigidez de aquella que ha sido educada dentro de camisas de franela y de batas escolares dos tallas menores. Es por esto, y por algunas otras cuestiones, que he decidido calificar mi aproximación al sintagma gramatical “Resentimiento” como el delta lógico de una vida fútil e inservible, afluente, a la vez, de vidas principales y rierilla de un acueducto-gravamen de progenitores impositivos y totalitarios, mientras que de puentes desorientados y ausentes. De nada sirvieron las revisiones periódicas de mis expedientes realizadas con inquina zorruna por las hermanas (mitad a madres mitad monjas) de la fluida congregación de Santa Brunilda. De nada sirvieron, digo, pero me reafirmo en la naturalidad que, años después, he podido valorar en sus plegarias. Si bien papá y mamá me ignoraron todo lo que pudieron, mientras viajaban por los países más recónditos a la búsqueda de objetos arqueológicos relacionados con el germen de vida extraterrestre en nuestro planeta (cosa que no viene a cuento en este resumen), ellos mismos hicieron que otros estamentos instructivos, y por qué no decirlo: docentes, se cebaran con mi persona (y experimentaran con ella) haciendo uso del catálogo de las técnicas pedagógicas misioneras más avanzadas, mientras que desempolvaban algunas otras tardo-medievales. He de reconocer, por otra parte, haciendo de nuevo alarde de mi obcecación y manía de ser la jueza de mi vida, que si bien la voluntad de las misioneras y voluntarias fue siempre la de orientarme hacia la sumisión y el recato, mi tozudez opuso a sus prácticas una férrea resistencia a la vez que una inoperancia y un sufrimiento sin medida. Esa negación a dejarme llevar sin sentido, “Impermeable Mula” me llamó Sor Társila, facultó que me dieran por imposible a la vez que me ofrecieran como alternativa una serie de ocupaciones relacionadas con la limpieza de las letrinas, las jaulas de las pulardas y el laboratorio de química. Fue ahí donde purgué mis pecados de alumna indisciplinada y obtusa, según ellas, a la vez que yo misma ejercía de profesora mía, mientras que de compañera, colega y amiga invisible. La cuestión es que el paso del tiempo, y el uso abusivo de determinadas substancias, me ha hecho olvidar el monto de aquellos infaustos años de aprendizaje y clausura, mientras que, incomprensiblemente, ha acrecentado esta indiscriminada inclinación mía hacia el Resentimiento. Lo porcentual de lo uno nos lleva a lo otro y viceversa, mientras que es directamente proporcional, el incremento del sentimiento puro este, al declive memorístico que de lo concreto y vivido recuerdo.Lo que no he dejado ni por un momento de chirriar como el eje vertebrador de mi estúpida infancia, ha sido la vara de mimbre con la que Sor Társila intentaba en todo momento hacerme comprender, también según ella, la verdad que había en sus palabras y en lo mucho que mi mente oxidada desconocía del mundo exterior. La tarde en que desapareció dentro de la tina de ácido sulfúrico fue la más feliz de mi vida, al margen, claro está, de la que vi aterrizar a papá y a mamá en un platillo volante con aspecto de taxi para rescatarme y partir todos juntos hacia el asteroide imaginario QWERTY, aunque después me abandonaran allí a merced de otras alienígenas también con túnicas y proclives sin mesura a innumerables ritos y ceremoniales relacionados con rezos y guisos de remolachas hervidas.Volviendo a lo incongruente de mi vida vivida, no podré olvidar mi tránsito por hospicios, lupanares, estaciones orbitales ni cotolengos. Resultaría ahora conveniente hacer uso de una capacidad de valoración superior de la que dispongo, como para poder transmitir al lector cuales fueron y de qué manera obraron en mi persona aquellos periplos sin límite por biohábitats tan dispares. Si pudiera endilgarles mejor mi condición narrativa, explicaría de qué manera y cómo huí, caí presa, realicé conferencias, fui asistente teatral e incluso hice un curso de cocina japonesa. No quisiera evaluar este compendio de excentricidades lúdicas como el lógico flujo magmático y purulento en el que ha desembocado mi existencia. No.No muero aquí, aunque muchos lo quisieran; mi vida debe avanzar progresando hacia adelante, mientras que observo el modo en que yo misma me retracto de mis críticas a la vez que me reafirmo en mis valoraciones. Salgo a comprarme unas medias.