ANTE TODO, AGRADECEMOS SU INTERÉS POR ESTE CASO.

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DATOS CONTRASTADOS EN REFERENCIA A LA DESAPARICIÓN DE DOÑA NEMESIA MORATÓ



Sabemos que el lunes 14 de febrero de 2004 abandona el hogar del jubilado con la intención, según ella (como comunicó a sus compañeros del ala de juegos de mesa del citado asilo) de reincorporarse como trabajadora voluntaria en la Hemeroteca Nacional en su sede de Barcelona.
Paseo de la Zona Franca s/n. esquina C/ Hornos del Berguedà.

Así mismo, tenemos constancia de que se muda de domicilio y pasa de residir en la calle Brunete 25 (en una casa con patio del barrio del Carmelo), a hacerlo en Hospitalet, en un bloque de protección oficial de la calle Celestino Huertas 24. Al parecer, se hace traslado de un escueto ajuar (ropas y muebles, sobre todo) y el resto de sus pertenencias son donadas, según consta en un albarán de Corredurías Olmo, a los Hogares de la tercera edad de S'Agaró. Como hemos comprobado, la mayoría de los objetos llevan más de dos años embalados en cajas de cartón en el salón principal del pequeño apartamento, a excepción de un bañador C&K y un vestido azul de noche que comparten percha en el mismo ropero. No se registra actividad ni en la cocina ni en el cuarto de aseo, a excepción de dos botes vacíos de CUCAL, uno en cada espacio. Nadie de la escalera de vecinos ha reconocido la presencia de la sra Nemesia en el inmueble, aunque en el padrón municipal consta como inquilina desde febrero de 1998.
De sus cuentas corrientes y libretas de ahorro son retirados periódicamente los abonos que realiza la Seguridad social en concepto de Pensión de jubilación y Pensión de viudedad desde diferentes capitales españolas. También son puestas al día otras cuentas donde revierten los réditos de algunas acciones. En una de estas cuentas, perteneciente a la Caja de Pensiones de Trujillo, consta el cobro de dos alquileres en Plasencia (Cáceres) y una anotación, también periódica y mensual, de novecientos euros, que se realiza aleatoriamente desde diferentes oficinas de Correos en la provincia de Valladolid por ingresos en efectivo. De estas últimas cuentas no es retirada cantidad alguna, aunque se ha comprobado que se efectúa control del saldo a diario, en alguna ocasión varias veces al día y desde lugares tan dispares como El Cairo, Nuanchot, Tolousse o Reus. Se puede facilitar estadillo completo de esas comprobaciones, algunas con fecha, e incluso hora local, desde enero de 2007 a quien pudiera necesitar tales referencias. No disponemos de mayor información relacionada, aún cuando hemos volcado en estas páginas algunas reseñas sobre su persona que amablemente han ido facilitándonos amigos y conocidos de Nemesia. En estos momentos estamos a la espera de más informaciones al respecto. Aceptamos cualquier anotación sobre el particular de aquel o aquellos que tengan a bien ofrecernos de su paradero, tal vez alguna pista fiable u otras referencias acerca de su vida. Quizás estas puedan conducirnos de alguna manera hasta ella. Agradeceremos se pongan en contacto con el gabinete de consultoría Rideel&CO o con su director Atahualpa Figo Moreno a través de este medio.







10.19.2008

OTRO INFORME INTERCEPTADO (y ya van dos) Este llegado ayer. Copiado en Fraga (Huesca) Zoroastra P.G. Zori.

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Paisaje:

Dos columnas de humo crecen paralelas en el horizonte que se divisa desde su ventana.
No parece incomodarse. En este momento la vemos fija en esa imagen o quizás en alguna inconcreción en forma de gota o mota que haya en el cristal. Creemos lo contrario, o lo primero. Lo que atrae su mirada es, sin duda, ese espeso humo que surge de los melocotonales y que se eleva verticalmente en dos líneas perfectas al estar el viento en calma.
Esta quietud extemporánea (no se ha explicado) ha venido precedida por un basto temporal de frío y lluvia, y de viento a ráfagas, circunstancia que ha favorecido que relajásemos por unas horas nuestra intervención en el caso, no sin avanzar en la medida de lo posible con los datos aportados por la corporación.
La casa está ahora tranquila. No se oyen los animales. Nadie escucha la radio.

Noticia:

Durante la media hora que la señora duerme, dato fehaciente e imparcial del circuito cerrado, no sucede gran cosa, al margen de las humaredas, aunque a pesar de todo los agentes no quieren ausentarse, vigilando ahora a la señora, ahora la puerta, mientras juegan su eterna partida de ajedrez de cada tarde. Al despertar pide agua (sigue negándose a comer) y observa que aún entran mosquitos en su cuarto sin saber exactamente por dónde. Insiste en lo que ya se ha comentado de los acúfenos y de que se da cuenta de todo, acusándonos nuevamente de que esto es una tortura.
Lee algo. No quiere la sopa. No quiere ropa limpia.

Suceso:

Tras varios minutos de humareda más intensa, una de las columnas comienza a manifestar una extraña intermitencia hasta que parece ahogarse tornando su color de negro a gris y antes de desaparecer a blanco. La otra, la que hasta el momento es la más compacta y gruesa, empieza a flaquear hasta que de forma inesperada se convierte en un hilo sutil y titilante, como el de una vela frágil de cumpleaños infantil, poco antes de emitir dos pequeñas vaharadas y desaparecer. La anciana entonces emite también un profundo suspiro, seguido de una especie de gemido (que mi compañero cataloga de animal, en concreto "de rata histérica") para después volver a estirarse en la cama colocándose las manos en la nuca y los pies en el almohadón.
Es ahora cuando silba la melodía que a todos nos intranquiliza, esa hipnótica himnodia de la que ya se ha hablado y que es la que nos obliga a colocarnos los protectores y a cerrar las puertas, y a atar los perros que aúllan como cada tarde o como cada vez que la usuaria utiliza ese recurso.

Ahora ríe, con ese deje, cosa que también nos asusta.

10.17.2008

TELEGRAMA TELEFÓNICO INTERCEPTADO A FINALES DE SEPTIEMBRE. CORREOS Y TELÉGRAFOS. CEUTA. APORTACIÓN DE ZOROASTRA PERARNAU GIL. (ZORI) Ha llegado hoy.

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Me miran. Algunos incluso se sientan a mirarme. Pasan mientras miran qué hago sentada, con sus ojos, aquí sentada, me miran. Me levanto con sus ojos que me miran y camino, y los que me miraban sentados se levantan también y con sus ojos vuelven a mirarme. Ojos de mirada inferior, o hundidos, ojos torrente u ojos esponja.

Familias enteras de madres y padres de ojos mórbidos, padres y madres con hijos de ojos tristes y aburridos, caminando sin girarse y mirándome.

Jóvenes bellos también me miran: adolescentes salvajes y bellos, hijos de mujeres y hombres de ojos bellos que caminan deprisa, y que apalean a ancianos y que besan a caballos para cabalgarlos después noches enteras, noches sin ojos, caballos negros.

Fieras de imagen exacta, hijos bellos del caleidoscopio estricto y bello de los cinco ojos y un solo espejo. Ojos no replicados, ojos de otro.

Ojos facetados de mosca impasible también en mi libro abierto, criatura insomne que me empuja manteniéndome en la vigilia de mis ojos para escribirte esto y para que creas en mí. En su abdomen palpitante de mosca crece la angustia y después lo harán sus hijos mosca, hijos sin ojos y padre muerte por la boca de de su propio padre mosca.

Murallas de ojos girando como ojos inalcanzables, desorbitados ojos ciclópeos creciendo en los rostros de los seres inocentes, ojos en manos y pies, ojos torácicos, visiones quiméricas de futuros inciertos, o no tanto, perspectiva vital condenada al fracaso, al fin de la partida de ojos ficha y de naipes ojos, jugadores ciegos de augurios circulares, vacilantes, jugadores de ojos de madres y de ojos de hijos, ojos brocal y ojos pozo, ojos espectadores desde dentro, hacia adentro, bucles infinitos sin retorno hacia los ojos que buscan y miran sin poder evitarlo.

10.10.2008

ÚLTIMO SITIO DONDE SE VIO A NEMESIA. 14 FEBRERO 2004 Lo digo ahora por aportar algo. Zori.














Interior de la Bodega "Celler 1912"
Carrer Josep Prats. Hospitalet.

Lugar de asueto también de mi jefe: Atahualpa Figo.

CIRCULO VITORIANO. Lugar de encuentro del gupo ufolófico "La cúpula Celeste". Año 1971. Aportación de Pacho Benavides.















Querida Zori:

Consternado me hallo al saber de ti y de Atahualpa.
¿Han sido tantas de veras vuestras penalidades?
No me extraña, es tan burro tu jefe, hija.
Me alegro que te encuentres bien de todos modos y que estés en la Argentina, bonito país, pero demasiado grande para mí.

Me gustaría visitar al Ata, pero le llamo y no constesta: con eso de que ahora tiene la incapacidad y sus asuntos los llevan el Lucio ese y el sobrino de Roser, pues no se me ocurre cómo, la verdad.

Pude verle en Vitoria la pasada primavera, pura casualidad, te lo juro, un viaje del inserso y tal y cual, y le comenté lo de La Montoya, una antigua amiga nuestra de la que no tenía ni idea, como te lo digo, supongo que tú tampoco.

Bueno. Te paso la foto que a él le prometí del local donde se reunían las tres gracias y dónde Nemesia dio tantas conferencias cartománticas.

Espero que todo se solucione lo mejor que se pueda, ya se ha complicado bastante la cosa desde que la Nemesia se fue aquel día sin decir ni pío.

Un beso, maja.

Pacho.

Centro de la tercera edad Montecarmelo.
Cuarta galería.

NEMESIA EN LARACHE Cementerio español . Abril 1986. Aportación de Mohamed Mohamed. Tienda de chilabas Mohamed. Larache.


TORTUGAS DEL CREPÚSCULO Nº 74 ( Extracto)

... porque en determinados lugares (*) y en según qué momentos (*’) se generan simetrías imposibles que convierten a los espejos en objetos feroces que vibran en la búsqueda (también imposible) de realidades que no existen, en transito hacia otras coordenadas lejos de los teoremas más rancios, de la perspectiva militar o de la cinta métrica.
A veces los acantilados de chumberas juegan a favor de ese equívoco y provocan también la sensación de vértigo y ansiedad que da siempre el fin exacto del paisaje. Por eso resulta insólita la emoción contenida del espectador anónimo del mar mientras se acerca al borde de ese abismo de plásticos y mira por encima de sus anteojos de concha ese lado luminoso y no respira, o alza la nariz sin miedo o inconsciente.

El hombre reflejado no descansa: busca, inventa, juega. En el perfil de los acantilados intuye mataderos, barrios nuevos, cementerios. Cree ver calles que serpentean entre socavones y basura, pero también niños y ríos de polvo y verjas repintadas de azul cobalto.
A cada paso su silueta compacta oscila y se deforma, y esa difracción en la bruma salina no es más que otro guiño del sol y de las nubes, una irisación de sueño, un dicroísmo. En la mentira perfecta, cadenas de pasos y palabras le reclaman más propósitos (o augurios), largas paredes, autos, avenidas, que abatan el miedo y no se muestren vacilantes, y que aún así prosperen, y atraviesen con él la infección de esos barrancos de la manera inversa a cómo se dicta una carta en la última noche.

Entonces el hombre, impasible, graba algo en el mercurio del espejo sobre el vino agrio de los proscritos, el que se bebe a cielo abierto en panoramas circulares, cegadores y salvajes, puede que para dejar constancia de que la estética floreada de lo amoral no es otra cosa que la respuesta abrupta de la unicidad a una cornisa marina repleta de escombros. Meando contra el viento insiste en que de ese lugar surge una música impracticable después de todo, pausadamente (como unas gotas de orina podrían disolverse en ese mismo vino) y que no le importa, y que habrá que silbarla alguna vez aún sabiendo que no hay retorno posible desde el otro lado, ni otro sol que le alumbre que este, ni mayor mentira, ni bola extra.
Algo tarde descubre el trazo de un impostor en otra refracción que se crea en un agujero de cal inerte y densa. Puede soportar el engaño tras ver crecer algo de hierba entre las ruinas de fósforo de ese arenal estéril, o de admitir que ahí están los huesos calcinados que apuntalan las palabras plateadas y solemnes, y ostentosas, o tras despertar de una vez y aceptar la lógica de la deriva del tiempo.

Al final, la aureola de un perro rabioso parece gravitar entre los haces de luz de lupa y el aire que circula lento entre las piedras. Sin embargo es un crío el que aparece para abrir la verja, y lo hace como quien descorre una cortina de cristalitos y ofrece una oportunidad única o largamente esperada, o muestra lo excelente con la sencillez infantil o con la crueldedad del débil. En silencio le acompaña de la mano hasta una tumba blanca mientras el hombre sigue haciendo fotos y se sacude varias veces el polvo que le cubre las botas.
El niño se agacha y huele con delicadeza unas violetas que otro turista dejara en el plano incendiado de este lado del espejo.

(*)…donde converge la sinrazón de teorías y fórmulas alienantes y se clava en el esternón de un fuelle atonal de aire azul y quejas, allá donde hay ángulos hirientes que acotan ejes cartesianos sin principio ni final en un ruedo anamórfico de algas muertas y cenagales…

(*’)…cuando los espacios se reducen al recorte nocturno que crea la ventana en el horizonte de un fuego que se intuye, cuando hay carreras y gritos, y disparos, después de que una huella de plomo y tinta aislada en un papel es contemplada a través del microscopio y puede observarse con detenimiento su contorno y apreciar la cresta oscura y expansiva que la circunda, sólo entonces…

10.07.2008

NUEVO PARTE MÉDICO. (copia) Zoroastra Perarnau. Zori. (Desde un lugar de la Patagonia)

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Badalona viernes 3 de Octubre de 2008


A la atención del Doctor Don Lucio Anneo Lamela Smith
Responsable y tutor de Don Atahualpa Figo Moreno.

Nuevo parte médico que, según se nos ha demandado, completa la segunda semana de externalización en el tratamiento de nuestro paciente.
Insistimos en que tras la intervención nada ha vuelto a ser igual en la vida disoluta del señor Atahualpa, aunque eso ya se haya comentado con anterioridad.
Hoy se ha levantado temprano -nos ha dicho- y antes de salir de casa, tras la ducha el escueto café y las tostadas (hoy tampoco se ha afeitado) ha comprobado la cicatriz en la frente y con mucho cuidado ha vuelto a taparla. No haría falta, lo sabe, pues ha sanado de forma aceptable, y a pesar de tener ese aspecto, el aspecto, siente un extraño pudor e insiste en mantenerla, según él, fuera de la vista del común del populacho
Atahualpa siempre ha sido un hombre sistémico- afirma hoy- aunque faltaría verlo en su oficina y comprobar su escritorio, u observar sus cajones impolutos, o vacíos- como él mismo también dice- o sus armarios de cocina, o su caja fuerte. Desde finales del verano, y tras la intervención, vive solo y centra sus tareas de tiempo libre (ya no trabaja por la tarde) en ordenar su vida ordenando sus pertenencias: Papeles que no encuentra, informes que no existen, casos que en su otra vida llenaron sus horas y sus bolsillos y ese largo etcétera en el que insiste e insiste y del que lamenta no poder aportar pruebas
Hasta la operación, nunca había notado nada, también se informó en su momento.
Como indica, duerme razonablemente bien, sobre todo desde que ha abandonado esos vicios que tanto pesar le han acarreado, entendiéndose como bien las ocho horas reglamentarias, no haciendo nada contradictorio en ese tiempo de descanso al margen de levantarse alguna noche y orinar sentado para no salpicar el inodoro. (Deberemos examinarle la próstata). Ha sido al poco de regresar del sanatorio, pues ha parecido absurdo prolongar por más tiempo su convalecencia, cuando ha empezado a percibir esa tensión intracraneal y esas visiones, propias, como ha comentado nuevamente, de un estado hipnótico fruto, a su vez, del tipo de intervención a la que se le ha sometido.
Mientras la inflamación ha ido yendo a mejor y ha remitido, la pequeña cicatriz resultante ha comenzado a manifestar lo que a él tanto parece preocuparle. Lo cierto es que al ver esa pequeña protuberancia, cosa que no se logró evitar en su momento y no pudiendo suturar por cuarta vez el surco en que se ha convertido la cisura, la visión de esa marca lamentable nos recuerda a todas luces un ojo.
Sufre el señor Atahualpa, todo hay que decirlo, una serie de sintomatologías propia de los seres inocentes, limítrofes, de aquellos que acuden a la pregunta -Doctor: ¿Qué tengo?- con la levedad o la inconsciencia de que la cosa no va conmigo, o creía que eso no iba a sucederme a mí. En sus últimos sueños y vigilias, o al menos así lo asegura (creemos que esto será lo más sobresaliente de entre todo lo que se nos ha preguntado), Atahualpa se enfrenta con docenas picahielos puntiagudos y sanguinolentos que flotan amenazantes sobre bandejas cromadas de laboratorio, huyendo él a continuación y en camisón, por cornisas oxidadas de factorías novecentistas del Bajo Llobregat, donde renacen, también según él mismo, centenares de crisalidas cristalinas reconvertidas en obreros en paro, trileros, trapicheros o palmeros de rumba.Mientras, paralelamente, dice recibir estímulos inconcretos tras corrientes extrañas que fluyen por su cabeza, a la vez que afirma que el aspecto de la incisión, el aspecto, va cambiando sin motivo aparente y al tun tún, sin lograr comprender exactamente qué pasa.
Tras el último examen, la incisión (láser) parece haber sanado con total normalidad al margen de un leve entumecimiento y un pequeño edema que persiste en la parte inferior, manifestando de algún modo una cierta semejanza a un ojo entreabierto, de párpado irónico o burlón, o de pasma fullero o maldormido.
Los doctores Sirgón y Güiber, del Centro Neurológico de la ciudad de Badalona creen, por lo menos así nos lo apuntan, que el ex detective Atahualpa merece pasar de nuevo por el quirófano para desmembrarle aún más los lóbulos frontales, no siendo cosa baladí, antes al contrario, pues ese ojo puede ser, según los doctores, un brote espontáneo de su espíritu indomable e insojuzgable, y aunque resulta del todo incierto el resultado de la siguiente intervención, la promueven con el argumento de que quizás Atahualpa nos esté tomando el pelo.No obstante, el ex detective privado insiste con vehemencia en que con ese nuevo ojo percibe con claridad cosas que antes no podía, ni quería, y trata de demostrárnoslo con referencias a nuestro futuro, o al de la humanidad misma, pues pretende haber establecido contacto con las fuerzas telúricas, que dice él, a la vez que con la energía absoluta, la del universo (sic) que es lo que en definitiva las gobierna.
-Ahora le ven cerrado- nos ha dicho- pero es de noche cuando se despierta.-
No disponiendo de otras novedades al respecto de su salud , y posponiendo hasta la siguiente visita el nuevo parte médico, quedo a la disposición de usted para lo que guste consultar.
Doctora Susana Górriz
Club Frenopático y cultural.
Hospital Ruiz de Lopera. Badalona.

EL EQUIPO DE RIDEEL &CO. PRECISA DE SU COLABORACIÓN

Cualquier noticia, o aproximación a la identidad de doña Nemesia Morató Xirgu, será bien recibida.
Sus posibles herederos sabrán agradecérselo.
Se ha establecido una recompensa de la que se dará mayor información en su momento.
A todo aquel que sepa dar algún dato sobre Nemesia o esclarecer las relaciones que gota a gota van desgranándose a través de este medio, la familia Van-Gaal Morató ofrecerá su merecida compensación.

(Muy importante: Necesitamos fotografías de la señora Morató de la que se pudiera disponer, ya que, incomprensiblemente, a día de hoy no contamos con ninguna. De manera un tanto ilógica, han desaparecido inclusive del registro del Documento nacional de identidad.)

Escrito atribuido a la señora N.Morató. Cajón de una mesilla, Chamarilero, Ponferrada, 19/08/04.




Me siento abotargada, y creo que no es por otra causa que por la costumbre que estoy adquiriendo de hacer balance de todos y cada uno de mis actos. A pesar de ello, valoro como positivo este antojo mío de juzgar cualquier cosa, aunque tenga que verme como me veo y sentirme de esta manera. Podrá parecer que todo viene derivado desde el cono de deyección de mi cascada natural de persona uniforme y objetiva, no carente de pesimismos profundos ni ausente de las más elementales virtudes teologales, cardinales, dones y frutos del espíritu.Disiento, no obstante, mientras que me reafirmo en lo mío, sin dejar de calificar esta manía persecutoria como fruto escuálido de una moralidad impuesta, a la vez que la veo desde lejos con la rigidez de aquella que ha sido educada dentro de camisas de franela y de batas escolares dos tallas menores. Es por esto, y por algunas otras cuestiones, que he decidido calificar mi aproximación al sintagma gramatical “Resentimiento” como el delta lógico de una vida fútil e inservible, afluente, a la vez, de vidas principales y rierilla de un acueducto-gravamen de progenitores impositivos y totalitarios, mientras que de puentes desorientados y ausentes. De nada sirvieron las revisiones periódicas de mis expedientes realizadas con inquina zorruna por las hermanas (mitad a madres mitad monjas) de la fluida congregación de Santa Brunilda. De nada sirvieron, digo, pero me reafirmo en la naturalidad que, años después, he podido valorar en sus plegarias. Si bien papá y mamá me ignoraron todo lo que pudieron, mientras viajaban por los países más recónditos a la búsqueda de objetos arqueológicos relacionados con el germen de vida extraterrestre en nuestro planeta (cosa que no viene a cuento en este resumen), ellos mismos hicieron que otros estamentos instructivos, y por qué no decirlo: docentes, se cebaran con mi persona (y experimentaran con ella) haciendo uso del catálogo de las técnicas pedagógicas misioneras más avanzadas, mientras que desempolvaban algunas otras tardo-medievales. He de reconocer, por otra parte, haciendo de nuevo alarde de mi obcecación y manía de ser la jueza de mi vida, que si bien la voluntad de las misioneras y voluntarias fue siempre la de orientarme hacia la sumisión y el recato, mi tozudez opuso a sus prácticas una férrea resistencia a la vez que una inoperancia y un sufrimiento sin medida. Esa negación a dejarme llevar sin sentido, “Impermeable Mula” me llamó Sor Társila, facultó que me dieran por imposible a la vez que me ofrecieran como alternativa una serie de ocupaciones relacionadas con la limpieza de las letrinas, las jaulas de las pulardas y el laboratorio de química. Fue ahí donde purgué mis pecados de alumna indisciplinada y obtusa, según ellas, a la vez que yo misma ejercía de profesora mía, mientras que de compañera, colega y amiga invisible. La cuestión es que el paso del tiempo, y el uso abusivo de determinadas substancias, me ha hecho olvidar el monto de aquellos infaustos años de aprendizaje y clausura, mientras que, incomprensiblemente, ha acrecentado esta indiscriminada inclinación mía hacia el Resentimiento. Lo porcentual de lo uno nos lleva a lo otro y viceversa, mientras que es directamente proporcional, el incremento del sentimiento puro este, al declive memorístico que de lo concreto y vivido recuerdo.Lo que no he dejado ni por un momento de chirriar como el eje vertebrador de mi estúpida infancia, ha sido la vara de mimbre con la que Sor Társila intentaba en todo momento hacerme comprender, también según ella, la verdad que había en sus palabras y en lo mucho que mi mente oxidada desconocía del mundo exterior. La tarde en que desapareció dentro de la tina de ácido sulfúrico fue la más feliz de mi vida, al margen, claro está, de la que vi aterrizar a papá y a mamá en un platillo volante con aspecto de taxi para rescatarme y partir todos juntos hacia el asteroide imaginario QWERTY, aunque después me abandonaran allí a merced de otras alienígenas también con túnicas y proclives sin mesura a innumerables ritos y ceremoniales relacionados con rezos y guisos de remolachas hervidas.Volviendo a lo incongruente de mi vida vivida, no podré olvidar mi tránsito por hospicios, lupanares, estaciones orbitales ni cotolengos. Resultaría ahora conveniente hacer uso de una capacidad de valoración superior de la que dispongo, como para poder transmitir al lector cuales fueron y de qué manera obraron en mi persona aquellos periplos sin límite por biohábitats tan dispares. Si pudiera endilgarles mejor mi condición narrativa, explicaría de qué manera y cómo huí, caí presa, realicé conferencias, fui asistente teatral e incluso hice un curso de cocina japonesa. No quisiera evaluar este compendio de excentricidades lúdicas como el lógico flujo magmático y purulento en el que ha desembocado mi existencia. No.No muero aquí, aunque muchos lo quisieran; mi vida debe avanzar progresando hacia adelante, mientras que observo el modo en que yo misma me retracto de mis críticas a la vez que me reafirmo en mis valoraciones. Salgo a comprarme unas medias.