ANTE TODO, AGRADECEMOS SU INTERÉS POR ESTE CASO.

...................................................




DATOS CONTRASTADOS EN REFERENCIA A LA DESAPARICIÓN DE DOÑA NEMESIA MORATÓ



Sabemos que el lunes 14 de febrero de 2004 abandona el hogar del jubilado con la intención, según ella (como comunicó a sus compañeros del ala de juegos de mesa del citado asilo) de reincorporarse como trabajadora voluntaria en la Hemeroteca Nacional en su sede de Barcelona.
Paseo de la Zona Franca s/n. esquina C/ Hornos del Berguedà.

Así mismo, tenemos constancia de que se muda de domicilio y pasa de residir en la calle Brunete 25 (en una casa con patio del barrio del Carmelo), a hacerlo en Hospitalet, en un bloque de protección oficial de la calle Celestino Huertas 24. Al parecer, se hace traslado de un escueto ajuar (ropas y muebles, sobre todo) y el resto de sus pertenencias son donadas, según consta en un albarán de Corredurías Olmo, a los Hogares de la tercera edad de S'Agaró. Como hemos comprobado, la mayoría de los objetos llevan más de dos años embalados en cajas de cartón en el salón principal del pequeño apartamento, a excepción de un bañador C&K y un vestido azul de noche que comparten percha en el mismo ropero. No se registra actividad ni en la cocina ni en el cuarto de aseo, a excepción de dos botes vacíos de CUCAL, uno en cada espacio. Nadie de la escalera de vecinos ha reconocido la presencia de la sra Nemesia en el inmueble, aunque en el padrón municipal consta como inquilina desde febrero de 1998.
De sus cuentas corrientes y libretas de ahorro son retirados periódicamente los abonos que realiza la Seguridad social en concepto de Pensión de jubilación y Pensión de viudedad desde diferentes capitales españolas. También son puestas al día otras cuentas donde revierten los réditos de algunas acciones. En una de estas cuentas, perteneciente a la Caja de Pensiones de Trujillo, consta el cobro de dos alquileres en Plasencia (Cáceres) y una anotación, también periódica y mensual, de novecientos euros, que se realiza aleatoriamente desde diferentes oficinas de Correos en la provincia de Valladolid por ingresos en efectivo. De estas últimas cuentas no es retirada cantidad alguna, aunque se ha comprobado que se efectúa control del saldo a diario, en alguna ocasión varias veces al día y desde lugares tan dispares como El Cairo, Nuanchot, Tolousse o Reus. Se puede facilitar estadillo completo de esas comprobaciones, algunas con fecha, e incluso hora local, desde enero de 2007 a quien pudiera necesitar tales referencias. No disponemos de mayor información relacionada, aún cuando hemos volcado en estas páginas algunas reseñas sobre su persona que amablemente han ido facilitándonos amigos y conocidos de Nemesia. En estos momentos estamos a la espera de más informaciones al respecto. Aceptamos cualquier anotación sobre el particular de aquel o aquellos que tengan a bien ofrecernos de su paradero, tal vez alguna pista fiable u otras referencias acerca de su vida. Quizás estas puedan conducirnos de alguna manera hasta ella. Agradeceremos se pongan en contacto con el gabinete de consultoría Rideel&CO o con su director Atahualpa Figo Moreno a través de este medio.







10.29.2007

OTRO SONETO DE CARÁCTER ETOLÓGICO ENVIADO POR EL DOCTOR LUCIO ANNEO.



Hay alacranes en la rosa de los vientos,
tiburones que van a la oficina,
mastines que ladran a su vecina,
y pingüinos con traje y emolumento.

Se ven vacas chorreando sus calostros,
ratas que se comen a sus hijas,
lagartas que no son ni lagartijas,
y lobas de la noche sin su rostro.

Son seres que maquinan y que piensan
que inventan que sueñan que imaginan,
que arrastran, que soportan y que tensan

a otras gentes que vagamente opinan;
que los miden, los cuentan y los censan
esperando a que otros listos los definan.

10.28.2007

PRIMER ENCUENTRO OFICIAL DE PROSPECCIONES CELESTES. CLUB FUNDADO POR ELLIAZER BUTTERBERRY MORATO


Eliecer con su guitarra de siempre y su sombrero de ala ancha. Hildegarda con su pamela negra.
Forlán expectante, Sousa saludando.

10.25.2007

Mensaje anónimo y sin remitente recibido en el asilo Monte carmelo. Muchos lo atribuyen a Nemesia. Oct 2007

Me erguí sobre mis pies en el mismo momento que se me exigió.
Esperé la respuesta y ésta no se produjo.

Durante un tiempo anduve confusa por caminos erróneos.
En plazas extranjeras hablé en el único idioma que conozco.
Pagué con dinero antiguo.
Mi palabra no tuvo valor.

No comprendí el precio de todo aquello que se me reclamó, pero contribuí con lo que se esperaba de mí.
Busqué el sitio asignado.
Percibí una sombra, pero ella no me miró.
Comprendí que me esperaba, pero no me miró.
Me paré en un pedregal yermo con los brazos en cruz, y pasó a mi lado sin lograr tocarme, sin verme.
Entonces creí poder escapar, pero sus redes se hicieron invisibles.
Caí de nuevo en el recipiente cónico que generaba su voluntad de carne y no conseguí mantenerme despierta.
Llegué a la cúspide invertida de su trampa de araña, y temí abandonarme.
Entonces algo surgió desde mi interior con una pequeña voz casi inaudible.

Era yo.

Era la esencia de ese ser superviviente al siempre he apelado en los momentos difíciles.
Me abatí sobre esa imagen sintética y me dispuse cubrirla con mi pesadumbre de cera derretida, pero no conseguí invalidarla.
Brotó de nuevo.
Intentó ampararme, a mi pesar, con un conjuro de palabras justas y sencillas.
Me mostró un precipicio de escaleras infinitas, pero me enseñó la manera de superarme.
Esa maestra reciproca y altruista era mi esencia, y a la vez no provenía de mí.
Se trató de un espejo gris de bruma transparente, con aspecto de alma, del que no supe aislarme.

Esperé a la sombra porque ella fue la que me trajo hasta aquí.

Quise preguntarle yo a ella el porqué de tanto.
No vino, pero me envió un mensaje.

-Seguía presa y mi lucha no era mía.

Me encontré inmersa en un combate fratricida entre mi yo más íntimo y la negrura a la que me prometí por miedo.
Quieta en el dolor y absorta por los lentos movimientos de esos alfiles, quise de nuevo abandonarme, pues yo misma no soportaba ese vacío de explosión sorda, de mitad quebrada y sin desenlace.

Nadie pareció escuchar y entonces caí en un sueño lúcido de revelaciones duplicadas.

El ansia de salvarme.

Imágenes perpetuas que me iban a marcar como ser inerte: observadora indiferente de derrotas propias en tableros míos.

Creyeron rendirme cuando la sombra y mi yo salvaje me dieron la espalda.
Cuando ya no se esperaba vencí, y vencieron ellos, cada uno a su manera.

Huí del círculo del retorno perpetuo.

Me erguí sobre mis pies en el mismo momento que se me exigió.
Esperé la respuesta y ésta no se produjo.

"Habla el toro". Lucio Anneo Lamela Concha. Concurso literario de Jamones Picuezo Oct. 1997

Desde el predio vulgar, de la espesura, de la dehesa (o el páramo) acometía el viento el impúdico perfil de la montaña. Bajándola a propósito venía el agua, disolviendo piedras, removiendo piedras, haciéndolas cantar.

Desde el lado más cruel de esa mañana, desde el frío, bajaban dos abuelas acarreando leña.

Y yo lo vi.

Y el gris crespó mi lomo de tierra seca,
como a la hierba alta vendida a la libertad y al aire,
como a una idea de muerte seria, solemne y no lejana.

Me uní a las ubres de mi madre y latió en mi hocico su corazón de vaca.

Más tarde tentaderos. Corrales, carreteras.

Una puerta negra y un círculo y un hombre (bueno, muchos…)

Bailarín del hierro, del guiño y del estupro… y ese ruido.

Demasiado ruido.

CASA VOLEMDIR. Aportación del agente José Sala Sanvicens. Explorador.

Casa Volemdir.


Antiguo centro de reunión de Prospecciones Celestes. Atualmente casa deshabitada.











TEXTO ENCONTRADO EN LA CÁSCARA DE UNA CASTAÑA DESPUES DE UN AQUELARRE OFICIADO POR Mª DEL ROSARIO SOUSA. CUEVAS DE ZUGARRAMURDI 22 DE MARZO DE 1968

A TORRE DAÑINA LA NIÑA DERROTA

10.24.2007

Soliloquio introspectivo de Amador Puig, secretario de Ufólogos por la Igualdad. Alcalá de Henares. Mayo 1988.

En mi barrio hay un campo verde como una alfombra peluda y verde, aunque no son pelos lo que tiene, son yerbas altas que a menudo me obligo a rasurar, o a podar, o a segar.

Césped verde, de hojillas verdes, con tréboles, berzas y verdolagas verdes.

Cuando llueve, que no lo hace poco (según se mire) parece el campo agradecerse, y para demostrarlo se estira hacia el cielo aun cargado de húmedas partículas.
Qué bonito, qué plástico, parecen gritar las margaritas de la línea medular.
A veces no es lluvia lo que cae, es agua del periquito, pero a la alfombra le da igual.

Mientras se arquea más el arco e intimida con su elástica perpendicularidad a las hormigas afanosas que recomponen sus hileras y agujeros, mis trabajos de campo, que son variopintos, avanzan, se desarrollan, explotan en sí mismos.

Hoy, pienso, después de segar, me toca lavar los banderines, también marcar con cal las frontales y replantar el segmento por donde merodea el cancerbero.

Es entonces que comienzo.

El cortacésped me ayuda con su crep-crep-crep... como siempre a estructurar mi pensamiento. He de reconocer que es el reiterado rodar de las cuchillas el que crea la armonía hipnótica que me conduce al trance.

Mientras tanto sigo caminando.

Mi mente se despeja a la vez que se concentra y mis pies van avanzando y retrocediendo sin orden alguno, sin orden alguna.
La idea, un paso por delante.
No fluye ni se desplaza, aunque no está quieta, como flotante de un sinsentido lleno de las cosas más insólitas a la vez que de las más simples.

Sigue el crep-crep-crep llegando a la primera vuelta.

Predomina en el ambiente el olor a hierba segada y a gasolina mezcla.

Vacío el saco.

La idea, y la forma con que mi energía la modela, permanece ahí, a un paso de la máquina, sin esperar nada y sin desear nada.

Sin embargo yo, que ya me la conozco, comienzo con mis estratagemas.

Prosigo cortando el césped y peino el campo ahora del revés.

Empiezo a acosarla. Tímidamente acoto su forma intentando que no se de cuenta. La observo, la delimito, la compacto, con intención liviana en un principio, pero no sin la fe extrema de que será vencida.

El olor me invade. El sol me quema la gorra.

De pronto la veo esférica, que es en definitiva lo que quería, y empiezo a bombardearla con mis mejores fuerzas vectoriales.
Se asusta, no le queda más remedio, pero tozuda insiste en desplegarse y modificar su aura. Yo, mientras tanto, le aplico otra tanda de punterazos.

Llego al final de la segunda línea. Vuelvo a vaciar el saco.

Me quito la gorra, me seco la frente y busco una canción que silbar. Me decanto por un standard de Jazz que no ubico.

La idea sigue ahí flotando, pero la reconozco más pesada, perezosa, como siempre. ¿Será el movimiento? ¿Será el calor lo que la somete?

Sigo imaginando que soy yo quien la domina, ya que es fruto de mi mismo, pero no quiero olvidar que muchas veces ha sido ella la que me ha llevado al huerto.

Cuando me paro, sigue ahí. Cuando camino, también.
Parece que se ablanda, pero qué va. Le han salido piernas y se ha puesto a mi lado. Me va hablando de cosas antiguas y cree que va a convencerme. La tumbo, la atropello y la devuelvo a su lugar.

Insiste, la golpeo. Silva algo para confundirme.
La cojo, se escapa, y así durante un buen rato.

Acabaremos en tablas, lo estoy viendo.

Vuelta tras vuelta ya he llegado al final del campo.
Han pasado casi dos horas y aun tengo que lavar los banderines.

Alguien ha colgado la red.

Chuto y Gol.

10.20.2007

Carta de un tal Sánchez. Recibida vía email desde un correo ficticio.Barcelona Octubre 2007

Desde Rideel&CO. vamos a dar salida a un extrañísimo mensaje recibido este mismo sábado. Al parecer, hay algún error o confusión por parte del remitente, pero el hecho de que al final se mencione a doña Nemesia, nos obliga a publicarlo en su integridad. Agradeceremos que todo aquel que comunique con nosotros a través de nuestra cuenta de correo rideel@ya.com lo haga con la mayor cordialidad, ya que nosotros lo venimos haciendo de la misma manera.

El mensaje es éste:

Hola Rideel, ¡Qué sorpresa!

¿Sabes quién soy?
Venga, a ver si lo sabes. Claro que lo sabes, ahora mismo has murmurado mi nombre.
Dime que no. Por supuesto...
No te asustes. Me han dicho que has estado preguntando.
Qué sorpresa, después de todo aquello, y tratándose de ti.

Déjame que me ría un poco, pardillo.

Veo que has podido abrir tu despacho de detective del tres al cuarto y que alguien ha vuelto a confiar en tus dotes profesionales. Un Blog, muy bien. ¡Qué original! Como siempre, a la intemperie. No, si no aprendes, aunque quién sabe.
Creo que algo te tendrás entre manos. Vamos a ver por donde asomas y de qué manera actúas ahora.
Ya sabes que somos muchos los que te tenemos aprecio, aunque no te diré en que grado, no hace falta.

¿Creías que me iba a olvidar de ti? He tenido mucho tiempo para pensar, aunque eso también lo sabes .

Qué trabajador te has vuelto, y serio, y honrado. Tengo la impresión de que no tienes remedio, chaval, pero qué le vamos a hacer.
Seguro que se te ha acabado la pasta… ¡Ay! que poco ahorrador que has sido siempre. Espero que no te lo hayas fundido todo (más te vale) , que aun conserves algo.

Esto es una cuestión de la que pronto deberemos hablar ¿No te parece?

No sé quien será ahora el incauto: ¿Tú? ¿Yo? ¿Prospecciones? ¿Abrairamovich?
Aun tenemos deudas pendientes, tú ya lo sabes, y a mí no se me olvida.
Es un aviso. Cuatro años en el dique son muchos, guapito.

Qué causalidad: Nemesia Morató.

Este es mi primer mensaje, a ver si tienes cojones de publicarlo en tu Blog.

Un cordialísimo saludo.


Tu amigo Sánchez.



10.19.2007

Introduccion a una clase magistral. Nemesia Morató habla a sus alumnos del Asilo Montecarmelo. Abril 2000. Aportado por Justo Presili

La realidad se hace equilibrio cuando uno respira y no encuentra respuesta.
Acostumbrado como está a ruidos y apariencias, acude a la monotonía de gestos aprendidos y nunca comprobados, tabla rasa de nada, empírica rutina de un ser inocente que ensalza la verdad y se vuelca en el proyecto.

La cábala requiere exvotos luminosos.

Noticias de arquetipos que vienen a cubrir los huecos de lo antiguo, o de lo sórdido.

Un pez, un pan, el traidor.
Quizás números, laberintos, disparos al aire, abrazos.

En el círculo de cartas sudadas huele a talco y miseria, a amor, a miedo, a búsqueda.

Cartas nuevas.

Árbol, virgen, pozo, águila.

Manos que vuelan, crecen, se ahondan en la mesa.
Amasan sacrificios, sugieren, osadamente indican.
Consignas que brotan de los nudos, de las plumas.
Palabras que derriban horizontes, que los abren otras veces.

La magia de los vértices valientes, delante y detrás de la respuesta. Más preguntas, más preguntas, más preguntas.

Los ángeles pasean, y no es esa la expresión correcta: deambulan libres, observan.

10.15.2007

BELISARIO DIXIT. Aproximación a la mente de Belisario. Soneto del Dr. Lucio Lamela. BCN Mayo 1999.

Del hueso blanco de calcinado centro,
hundido en el agreste muladar,
la cal antigua brota y va a vengar
a la bestia, al animal que llevo dentro.

Contenida en el éter mi victoria,
arrancadas mis garras y mis dientes,
sin piel propia ni sexo ni simiente,
me queda la venganza de la historia.

Clama así mi fuerza violenta,
hollando y revolcándose en el mal,
respuesta que así da a tanta afrenta,

y atendiendo desde ahora a esa señal,
de su vientre el ansia ya revienta,
forzada por mi sangre de animal.

10.14.2007

Más datos sobre la relación de Nemesia con su tercer marido Melitón

Me llamo Eneido Lluscafreda y soy tratante de ganado.

Mi relación con Nemesia data de 1966, de cuando estuve ingresado en la Clínica Canals & Nubiola con un problema de varices.

En la cama de al lado, de mi habitación de hospital, se comprende, había un negro muy prieto y poderoso, silencioso, un tipo nilótico risueño, oscuro y saltarín.

Este personaje, un loco, como diría cualquiera, estaba día y noche mirándose en el espejo del cuarto de aseo, en el espejuelo que escondía debajo de la almohada y en el mango bruñido de su cepillo de tocador.
Alternaba estas aficiones con una que otro catalogaría de excéntrica (no yo): las sombras chinescas. A cualquier hora disfrutaba generándolas con todo tipo de objetos y órganos corporales, plantándose a veces delante de la lamparita de la mesita de noche (en cuclillas, a horcajadas, "escarramat" o haciendo el pino) con la intención de proyectarse a sí mismo, o eso creo yo, hasta más allá de la pared de nuestro infame y doble habitáculo.

Si no fuera porque yo lo veía todo negro, a él, diría que no lo era.

Al margen de parecer negro, cosa discutible para todo el que quiera sospechar de las cosas, alternaba como el marido de una señora de baja estatura, de alta alcurnia y de mediana edad.
De nombre Nemesia, a fe mía que parecía ser médica, gobernanta al uso, maestra generala o funcionaria adscrita al instituto armado y benemérito de la Guardia Civil.

Las pocas veces que cruzamos ambos las miradas (la señora y yo) en la semana y media que su negro marido purgaba unas hemorroides y la inflamación de las mismas, caí en la cuenta de que hay mujeres que miran y apuñalan, que alzan la barbilla con descaro diciendo al contrincante
- Qué carajo pasa con esa cara de burro que tienes, que pones o que arrastras.

He de admitir que la señora Nemesia en ningún momento sonreía, antes al contrario, forzando en todo momento su expresión hacia el paroxismo, la mueca, el síncope y, sin temor a equivocarme, hacia una desmesurada violencia, que no por ser excesiva conseguía del adversario la estampida.

Practicaba curas y práticas sanativas a su marido con una diligencia y un nervio que, exentos ambos de cuidado y mesura, favorecían que las enfermeras y celadores acudieran en tropel ante los gritos que emitía el tremendo y retinto señor.

No obstante, he de manifestar, con vergüenza y rubor, que algo de amor parece que se tenían, ya que se ejercitaban juntos y sin recato en la letrina, haciendo ruidos guturales y otras estridencias propias de los animales que por aquel entonces yo mismo trasladaba por los caminos de España.

Lo más extraño del caso es que coincidimos en la cafetería del sanatorio el día que nos dieron el alta.

Nemesia, arrobada por no se sabe qué causa, me convidó a un café, a un anís y a un cruasán desde la mesa colindante, de espaldas a la mía y saludando sin dar la cara como aquel que espanta moscas.

TEXTO ENCONTRADO EN EL INTERIOR DE UNA PAMELA DESPUES DE UN AQUELARRE OFICIADO POR Mª DEL ROSARIO SOUSA. ZUGARRAMURDI 22 DE MARZO DE 1968

ODA LUNAR GOZO GRANULADO

BELISARIO EN SU PRIMER CUMPLEAÑOS CON UNA VECINA DE LA CALLE VERDI.


Excursión al castillo de Eramprunyà (Gavà-Barcelona) Club de Visualizadores Celestes (Prospecciones) Junio 1930. Doc. Aportado por M.Moraleda.

Aquí aparecemos todos.

Nemesia joven, Forlán, Heliécer Morató, Hildegarda, Ausias, Melquiades, Lis María...

La foto nos la hizo el Mossén Leandro despues de pasarnos la noche en vela viendo pasar docenas y docenas de bolas luminosas por encima de nuestras cabezas.

Fue divertido.

Muchos y muchas perdimos la virginidad (celeste) aquella noche, al margen de darle al rom cremat y a la havanera.

Perdone que no me extenga en más detalles, pero la memoria es lo que más me falla a mis noventa y cuatro años de edad.

RESPUESTA A LA CARTA ABIERTA DEL SR. RUFO MIRALPEIX. Julian Sousa. Barcelona Octubre 2007.

Apreciado sr. Atahualpa:

Permítame hacer algunas puntualizaciones a raíz de la carta abierta aportada por el sr. Rufo Miralpeix, antiguo cliente nuestro de insania mental ampliamente demostrada.




Decir Miralpeix no es decir mucho.

Miralpeix no es un hombre, es un estado de ánimo.

Miralpeix responde a ese estereotipo de hombre-esponja con el que se viene adjetivando a los seres camaleónicos que mutan aleatoriamente, sin intención, sin propósito.

Miralpeix no es un hombre responsable, es un estado de sitio.

Es cierto que desde siempre, aun siendo secretario del Club de Buceadores de Combate y Hombres Rana (CBCHR), nuestro cliente muestra ciertos bríos (que no facultades) folclóricos, tímidamente juglarescos, ridículos en definitiva.
Quizás esto no tenga nada que ver, o tal vez sea exacto, pero desde el colectivo de madres y padres de contrato (CMPC) queremos hacer algunas puntualizaciones al respecto.

Miralpeix no tiene voluntad, es parco en palabras.

Cuando habla, que lo hace poco, parece que la voz no sea la suya, que se la hayan prestado (de hecho desconocemos su verdadera voz). Para agregar algo, diremos que esos sonidos los consideramos más bien como ecos submarinos, reverberaciones de otro moduladas con amplificación o insulsia (según el caso), y con el destino impersonal de querer simular alguna cosa.

¿Está poseído? ¿Dispone de ideario?

No tiene diario ni dietario.

Parece cavilar siempre y, cuando se le pregunta, pone cara la elíptica de un ser predestinado a la oquedad, como una boya llena de un simulacro impropio, de aire ajeno: húmedo y traslúcido en espumante latencia.

Miralpeix parece no necesitar nada, aunque para él nada es diferente. Toda cosa es una desde su particular ábaco quántico y su silenciosa facultad de reinterpretar la matemática moderna le lleva inexorablemente a la cocina del espejo del guarismo y del dígito.
También a la Ufología, a la captura del fletán, a la cura del sabañón, a las tertulias.

Esto será lo más singular y extraño. ¿Que desea entonces?

Es buen hijo de domingo, pero vulnerable, influible, sobre todo frente al otro o en alta mar.

Come todo lo que se le pone, pero no dispone de energía propia recargable. No fuma. Es previsible.
Lo poco que tiene de lúcido lo emplea con ahínco en buscar un modelo, una estela a la que seguir, una escafandra donde meterse y un disfraz que colocarse.

Miralpeix es así, si ser así es ser algo.

Quizás mienta. Será, quizá, el autista mentiroso que disimula su arquetipo de hombre milenario, sabio del slalom acuático de la supervivencia, aduciendo anagramas antediluvianos como coartadas de ese existir aparente y sin sentido.
Lo dudamos, pero no hay que descartar nada.

Si le llevamos al teatro canturrea la canción de moda. En el casino pone cara de alguacil. Se nos duerme en el autobús. Tiene esa facultad de mutar y parecerse al otro en ese dechado de ser maleable: en el frontón, en los baños, en el taxi.
Le crece el bigote, se le tuercen las cejas, le cambia el pelo de color. Es forzudo en el estadio, en el circo bailarín, jardinero en el Ocaso (un parque) preso en el Uruguay.

Levita, flota. No se está quieto.

Miralpeix no sabe que no es nadie.

Qué se ha creído.

10.09.2007

NOTAS A PIE DE PÁGINA (pags 2,16,18, 22) DE " GEOMETRÍAS ESTELARES" J.J. Fajardo. Ed. Pitiusas 1960. Atribuidas a N.Morató.

Tengo una miga de pan y una pestaña enclavadas en el desbordado parpadeo, hijas tal vez de la penuria o amigas de preguntas de domingo.

Cuánto te dije y te diría, si no fuera por tu mirada estilográfica, por tu iris de pozo y de aventura, de libro ya leído y de dieta.

Se me acaba la tinta en tanto espejo, que de saberte me hundo en tu extravío, mirada de entre tiempo, de castaña, opaca y fría luz de ojo glauco.

Brilla categórica luz negra, resplandece en la mixtura y en la lágrima, desbordada ya tu angustia -ciegamente- alimenta mis legañas, desconsuelo.

10.04.2007

THE NATIONAL GEOGRAPHIC MAGAZINE, August 1932


Contiene el artículo de Hildegarda Xirgu y Elíecer Morató: "Martians and another Aliens in Reus", el artículo que les dio renombre definitivamente dentro de la incipiente ufología internacional de principios de los años 30.

Luego vendrían: "Casuisticas" "En la cima de un monte" "Naves en llamas más allá de Orión" "Mundos replicantes" "Submarinos de la Atlántida" y un largo etcétera.

EL EQUIPO DE RIDEEL &CO. PRECISA DE SU COLABORACIÓN

Cualquier noticia, o aproximación a la identidad de doña Nemesia Morató Xirgu, será bien recibida.
Sus posibles herederos sabrán agradecérselo.
Se ha establecido una recompensa de la que se dará mayor información en su momento.
A todo aquel que sepa dar algún dato sobre Nemesia o esclarecer las relaciones que gota a gota van desgranándose a través de este medio, la familia Van-Gaal Morató ofrecerá su merecida compensación.

(Muy importante: Necesitamos fotografías de la señora Morató de la que se pudiera disponer, ya que, incomprensiblemente, a día de hoy no contamos con ninguna. De manera un tanto ilógica, han desaparecido inclusive del registro del Documento nacional de identidad.)

Escrito atribuido a la señora N.Morató. Cajón de una mesilla, Chamarilero, Ponferrada, 19/08/04.




Me siento abotargada, y creo que no es por otra causa que por la costumbre que estoy adquiriendo de hacer balance de todos y cada uno de mis actos. A pesar de ello, valoro como positivo este antojo mío de juzgar cualquier cosa, aunque tenga que verme como me veo y sentirme de esta manera. Podrá parecer que todo viene derivado desde el cono de deyección de mi cascada natural de persona uniforme y objetiva, no carente de pesimismos profundos ni ausente de las más elementales virtudes teologales, cardinales, dones y frutos del espíritu.Disiento, no obstante, mientras que me reafirmo en lo mío, sin dejar de calificar esta manía persecutoria como fruto escuálido de una moralidad impuesta, a la vez que la veo desde lejos con la rigidez de aquella que ha sido educada dentro de camisas de franela y de batas escolares dos tallas menores. Es por esto, y por algunas otras cuestiones, que he decidido calificar mi aproximación al sintagma gramatical “Resentimiento” como el delta lógico de una vida fútil e inservible, afluente, a la vez, de vidas principales y rierilla de un acueducto-gravamen de progenitores impositivos y totalitarios, mientras que de puentes desorientados y ausentes. De nada sirvieron las revisiones periódicas de mis expedientes realizadas con inquina zorruna por las hermanas (mitad a madres mitad monjas) de la fluida congregación de Santa Brunilda. De nada sirvieron, digo, pero me reafirmo en la naturalidad que, años después, he podido valorar en sus plegarias. Si bien papá y mamá me ignoraron todo lo que pudieron, mientras viajaban por los países más recónditos a la búsqueda de objetos arqueológicos relacionados con el germen de vida extraterrestre en nuestro planeta (cosa que no viene a cuento en este resumen), ellos mismos hicieron que otros estamentos instructivos, y por qué no decirlo: docentes, se cebaran con mi persona (y experimentaran con ella) haciendo uso del catálogo de las técnicas pedagógicas misioneras más avanzadas, mientras que desempolvaban algunas otras tardo-medievales. He de reconocer, por otra parte, haciendo de nuevo alarde de mi obcecación y manía de ser la jueza de mi vida, que si bien la voluntad de las misioneras y voluntarias fue siempre la de orientarme hacia la sumisión y el recato, mi tozudez opuso a sus prácticas una férrea resistencia a la vez que una inoperancia y un sufrimiento sin medida. Esa negación a dejarme llevar sin sentido, “Impermeable Mula” me llamó Sor Társila, facultó que me dieran por imposible a la vez que me ofrecieran como alternativa una serie de ocupaciones relacionadas con la limpieza de las letrinas, las jaulas de las pulardas y el laboratorio de química. Fue ahí donde purgué mis pecados de alumna indisciplinada y obtusa, según ellas, a la vez que yo misma ejercía de profesora mía, mientras que de compañera, colega y amiga invisible. La cuestión es que el paso del tiempo, y el uso abusivo de determinadas substancias, me ha hecho olvidar el monto de aquellos infaustos años de aprendizaje y clausura, mientras que, incomprensiblemente, ha acrecentado esta indiscriminada inclinación mía hacia el Resentimiento. Lo porcentual de lo uno nos lleva a lo otro y viceversa, mientras que es directamente proporcional, el incremento del sentimiento puro este, al declive memorístico que de lo concreto y vivido recuerdo.Lo que no he dejado ni por un momento de chirriar como el eje vertebrador de mi estúpida infancia, ha sido la vara de mimbre con la que Sor Társila intentaba en todo momento hacerme comprender, también según ella, la verdad que había en sus palabras y en lo mucho que mi mente oxidada desconocía del mundo exterior. La tarde en que desapareció dentro de la tina de ácido sulfúrico fue la más feliz de mi vida, al margen, claro está, de la que vi aterrizar a papá y a mamá en un platillo volante con aspecto de taxi para rescatarme y partir todos juntos hacia el asteroide imaginario QWERTY, aunque después me abandonaran allí a merced de otras alienígenas también con túnicas y proclives sin mesura a innumerables ritos y ceremoniales relacionados con rezos y guisos de remolachas hervidas.Volviendo a lo incongruente de mi vida vivida, no podré olvidar mi tránsito por hospicios, lupanares, estaciones orbitales ni cotolengos. Resultaría ahora conveniente hacer uso de una capacidad de valoración superior de la que dispongo, como para poder transmitir al lector cuales fueron y de qué manera obraron en mi persona aquellos periplos sin límite por biohábitats tan dispares. Si pudiera endilgarles mejor mi condición narrativa, explicaría de qué manera y cómo huí, caí presa, realicé conferencias, fui asistente teatral e incluso hice un curso de cocina japonesa. No quisiera evaluar este compendio de excentricidades lúdicas como el lógico flujo magmático y purulento en el que ha desembocado mi existencia. No.No muero aquí, aunque muchos lo quisieran; mi vida debe avanzar progresando hacia adelante, mientras que observo el modo en que yo misma me retracto de mis críticas a la vez que me reafirmo en mis valoraciones. Salgo a comprarme unas medias.