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El Noticiero Elemental ______________14 nov.2007 .
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Pasadas las cuatro de la madrugada del día once del corriente, una pareja de barrenderos del servicio municipal de recogida de basuras requirió la presencia de la Guardia Urbana al observar una alfombra enrollada en el suelo desde la que asomaban dos pies. En efecto, se trató de pies humanos con calcetines de felpa, viendo después que venían al final de dos piernas y acompañados por el resto del cuerpo presente.
Tan pronto como pudo, se presentó el juez de guardia para efectuar el levantamiento del cadáver, cosa que se realizó con prontitud y premura, no sin antes realizar todo tipo de fotografías, dibujos con tiza y recogida de papelillos, técnicas tendentes más bien a la toma de pruebas que a la supuesta identificación del finado, en este caso la finada, ya que se trató del cadáver de una anciana señora.
Ya en el depósito de cadáveres y viendo que no se realizaba ninguna explicación al respecto por parte de la policía ni de estamento alguno, manifestándose todos en silencio con un secretismo sin mesura, corrió el bulo macutero de que el cuerpo podría ser el de la insigne ufóloga desaparecida Nemesia María Morató.
Una vez desparramada tan impropia noticia, cosa que desde este periódico negamos desde el primer segundo, se desplazó al infame depósito el facultado detective Atahualpa Figo, agente personal de la Familia Van-Gaal Morató, famoso tiempo atrás por relacionarse con el mundo del hampa y con muy diversos subsecretarios de finiquitados ministerios.
Entrevistado por este periodista, Figo aseguró que no se descartaba nada, pero que en un principio el cuerpo de la fallecida no parecía ser el de la famosa historiadora sideral.
Al margen de estas apreciaciones, también cabe destacar la presencia en el tanatorio público del subinspector de los mossos de esquadra señor Pablo Abrairamovich, quien está adscrito al caso de la desaparición de la anciana Morató.
Interpelado por tan inesperada visita, Abrairamovich profirió toda una serie de inadjetivables y sesgadas advertencias relacionadas con la sinsustancia de la vida, el porque de las cosas y la vigilancia de la propia integridad física.
Este reportero se retiró al instante, regresando con diligencia a su humilde tablier de paparazzi, de gacetillero, de plumilla, máxime cuando uno no se siente implicado en este caso, al margen, claro está, de los doce dossier publicados en el dominical de este periódico al respecto.
Se comenta que tanto al señor Atahualpa Figo como a Pablo Abrairamovich se les pudo ver juntos, correspondiéndose mutuamente y muchas veces en la bodega de la esquina mientras degustaban orondas tapas, vermuts y aperitivos.
Se desconoce del todo y por completo lo sucedido después.
Tan pronto como pudo, se presentó el juez de guardia para efectuar el levantamiento del cadáver, cosa que se realizó con prontitud y premura, no sin antes realizar todo tipo de fotografías, dibujos con tiza y recogida de papelillos, técnicas tendentes más bien a la toma de pruebas que a la supuesta identificación del finado, en este caso la finada, ya que se trató del cadáver de una anciana señora.
Ya en el depósito de cadáveres y viendo que no se realizaba ninguna explicación al respecto por parte de la policía ni de estamento alguno, manifestándose todos en silencio con un secretismo sin mesura, corrió el bulo macutero de que el cuerpo podría ser el de la insigne ufóloga desaparecida Nemesia María Morató.
Una vez desparramada tan impropia noticia, cosa que desde este periódico negamos desde el primer segundo, se desplazó al infame depósito el facultado detective Atahualpa Figo, agente personal de la Familia Van-Gaal Morató, famoso tiempo atrás por relacionarse con el mundo del hampa y con muy diversos subsecretarios de finiquitados ministerios.
Entrevistado por este periodista, Figo aseguró que no se descartaba nada, pero que en un principio el cuerpo de la fallecida no parecía ser el de la famosa historiadora sideral.
Al margen de estas apreciaciones, también cabe destacar la presencia en el tanatorio público del subinspector de los mossos de esquadra señor Pablo Abrairamovich, quien está adscrito al caso de la desaparición de la anciana Morató.
Interpelado por tan inesperada visita, Abrairamovich profirió toda una serie de inadjetivables y sesgadas advertencias relacionadas con la sinsustancia de la vida, el porque de las cosas y la vigilancia de la propia integridad física.
Este reportero se retiró al instante, regresando con diligencia a su humilde tablier de paparazzi, de gacetillero, de plumilla, máxime cuando uno no se siente implicado en este caso, al margen, claro está, de los doce dossier publicados en el dominical de este periódico al respecto.
Se comenta que tanto al señor Atahualpa Figo como a Pablo Abrairamovich se les pudo ver juntos, correspondiéndose mutuamente y muchas veces en la bodega de la esquina mientras degustaban orondas tapas, vermuts y aperitivos.
Se desconoce del todo y por completo lo sucedido después.
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